Hoy se cumplen cien años del nacimiento de Stanislaw Lem, uno de mis escritores favoritos de todos los tiempos; autor de la que probablemente es mi novela de ciencia ficción preferida, Solaris.
Si te gusta la ciencia ficción y no has leído Solaris, no se a qué estás esperando… y aunque no te guste la ciencia ficción, creo que no harías mal en darle una oportunidad a Lem, pues buena parte de su obra va mucho más allá de la ciencia ficción.
De hecho su primera novela terminada, aunque la tercera en ser publicada por problemas con las autoridades polacas fue El hospital de la transfiguración. Y nada tiene que ver con la ciencia ficción y mucho con la naturaleza humana. Como por otra parte todo el resto de la obra de Lem aunque vaya disimulado bajo una capa de ciencia ficción. A fin de cuentas poder criticar sin que los criticados se den cuenta es el gran super poder secreto de la ciencia ficción. Memorias encontradas en una bañera debería ser leída por cualquiera que trabaje en una organización jerárquica, en especial si es un organismo público.
Lem también tenía ideas adelantadas a su tiempo en cuanto a lo que la tecnología nos podía deparar. De su novela Retorno de las estrellas, publicada en 1961:
Los libros eran cristales con contenidos grabados. Se podían leer con la ayuda de un opton, que era similar a un libro pero tenía una sola página entre las tapas. Al tocarlo, aparecían en él las páginas sucesivas del texto.
Pero ojo, que hay más.
Durante mucho tiempo fue complicado encontrar sus obras en español pero desde hace unos años Impedimenta las está reeditando con traducciones directas del polaco natal de Lem, lo que es todo un puntazo, pues las ediciones que había en España solían ser traducciones de traducciones.
Lo dicho, dale una oportunidad a Lem, creo que no te arrepentirás.
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Foto: Cortesía del secretario de Lem, Wojciech Zemek. Redimensionamiento y tratamiento digital por Masur CC BY-SA 3.0
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