Por @Wicho — 3 de Marzo de 2024

Portada del libro con una ilustración de Janis Joplin a punto de entrar en el Chelsea Hotel de Nueva York en la primavera de 1968Concorde: The thrilling account of history’s most extraordinary airliner. Por Mike Bannister. Penguin (29 de septiembre de 2022). 451 páginas.

En el verano de 1956 el autor, poseído ya por el aerotrastorno, anunció a sus padres que iba a ser piloto. No le hicieron mucho caso. Pero diez años después, con 17 años recién cumplidos, comenzó su formación como piloto privado. Sin embargo al verano siguiente, justo cuando iba a empezar su formación como piloto de la RAF, su padre se puso gravemente enfermo. Así que tuvo que posponer su entrada en la fuerza aérea un año.

Aunque por una casualidad de esas que pasan a veces al poco recibió una oferta para formarse como piloto de aerolínea, ya fuera para la BEA o la BOAC, y allí se fue. Al terminar, tras alguna que otra casualidad más, era piloto de VC-10 para la BOAC. Y sí fue cómo empezó su carrera profesional en 1969.

Para 1976, dos años después de que la BOAC y la BEA se fusionaran para convertirse en la actual British Airways, tuvo la oportunidad de solicitar pasarse a la flota del Concorde. Y eso hizo. Así que el 8 de agosto de 1977 despegó por primera vez a los mandos de un Concorde, aunque aún como piloto en formación. Su primer vuelo comercial como tripulante no sería hasta noviembre del 77.

En 1984 empezó a volar como copiloto instructor en el Concorde; y, tras pasar por algunos puestos directivos en la empresa, en 1995 se convirtió en el piloto jefe del Concorde para British Airways.

Este libro cuenta su historia profesional y personal. Pero también va contando lo que suponía pilotar un Concorde, un avión al límite de lo que la tecnología podía ofrecer, y las soluciones tecnológicas que incorporaba. No entra en detalles excesivamente técnicos pero explica el por qué de la forma de sus alas; cómo funcionaban los motores y sus muy avanzadas tomas de aire; lo importante que era gestionar correctamente su centro de gravedad; y una miríada de detalles más que permiten entender aún mejor lo impresionante que era en Concorde.

Habla también de lo que suponía operar el modelo desde un punto de vista comercial. En el caso de British Airways, una vez que el gobierno de Margaret Thatcher decidió privatizar la aerolínea, se encontraron con la necesidad de empezar a ganar dinero con él o asumir que habría que retirarlo. Y vaya si consiguieron ganar dinero con él, llegando a obtener unos beneficios 500 millones de libras con él, lo que compensó con creces lo invertido en su desarrollo.

Air France, por su parte, nunca se vio en esta necesidad, pues los sucesivos gobiernos franceses fueron asumiendo las pérdidas que generaba el Concorde para Air France.

Y fue, de hecho, la realidad económica de operarlo la que acabó con él, y no el accidente del 25 de julio de 2000; en concreto la decisión de Airbus de subir el coste de su mantenimiento, coste extra que Air France no iba a asumir.

Así que finalmente Air France hizo su último vuelo comercial con un Concorde el 30 de mayo de 2003 mientras que el último de British Airways fue el 24 de octubre, con Mike Bannister a los mandos. Aunque hubo algunos vuelos de despedida más por parte de las dos aerolíneas hasta que el 26 de noviembre de 2003 un Concorde de British Airways voló del aeropuerto de Heathrow al de Bristol, dónde ahora está expuesto. Fue el último Concorde en volar. Bannister iba a bordo, aunque no a los mandos.


El G-BOAF sobre el puente colgante de Clifton poco antes de aterrizar en Bristol – British Airways

Por cierto que Bannister tiene una teoría acerca del accidente del 25 de julio de 2000 que discrepa de la versión oficial de que una pieza de un DC-10 de Continental Airlines perforó uno de los tanques de combustible del Concorde provocando una fuga y un incendio que acabaron con él. Para èl –y algunos otros pilotos y personas expertas– un fallo en el mantenimiento del tren de aterrizaje del Concorde y unos procedimientos extraoficiales para la gestión del combustible y una serie de errores por parte de la tripulación fueron las causas del accidente.

En definitiva, un libro muy interesante sobre uno de los más icónicos aviones de pasajeros de la historia.

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