Por @Wicho — 4 de enero de 2019

En pasada por Manuel Belmonte de Gálvez

Cinco en verde, descargado, desarmado, HBV, paso adelante, flap, arriba, abajo, arriba, arriba, both, 3000, 2000, cantidad, tres, up, sea, central warning, autofeather, bombas, ¿pínulas y compuertas?

Este libro, publicado en Madrid en 2150 recoge las memorias de los ficticios aviadores Jorge de Gálvez y Andrés Belmonte. Cuenta qué les llevó a querer ingresar en la también ficticia Fuerza Aérea y como terminan entrando en el no menos ficticio 34 Escuadrón que tiene como misión luchar contra los nada ficticios incendios forestales volando los tampoco nada ficticios Canadair CL-215T y CL-415, también conocidos afectuosamente como Botijos. Así que como todo es ficticio menos los incendios y los aviones cualquier parecido con el 43 Grupo de Fuerzas Aéreas del Ejército del Aire de España debe ser puritita casualidad.

Pero me ha parecido un libro apasionante para saber –hipotéticamente– como es el proceso de formación de los pilotos del 43 Grupo desde que ingresan en la Academia General del Aire hasta que están volando los botijos enfrentados no sólo a los incendios sino a las cargas de agua en el mar –que nadie parece saber muy bien por qué se hacen cómo se hacen– o a las entradas y salidas en pantanos que no siempre son fáciles ni mucho menos. El resumen podría ser que utilizan el estilo operacional botijero, que viene siendo «vamos para delante y ya veremos qué pasa.» Y también me da en la nariz que las historias de cómo Jorge y Andrés deciden hacerse aviadores por muy ficticias que sean igual tienen algún paralelo en alguna realidad no muy lejana a la nuestra.

Lo haya escrito quien lo haya escrito se nota que son las palabras de un aviador a quien le encanta su trabajo, así que sólo puedo esperar a que ese segundo libro que se menciona en las memorias de Manuel salga alguna vez a la luz si ningún poder fáctico lo impide.

Definitivamente En pasada es un libro más que recomendado para aerotrastornados. Pero creo que también le puede gustar a cualquiera que se haya parado medio segundo a plantearse el ímprobo trabajo que hacen las tripulaciones apagaincendios jugándose el tipo año tras año para proteger la naturaleza volando despacio, con el avión cargado a tope, cerca del suelo, a menudo hacia montañas, y en condiciones de visibilidad reducida. Y eso por no hablar de la presencia de otras aeronaves en las proximidades con las que tienen que coordinarse. Todo esto sin desmerecer, por supuesto, a quienes luchan con los incendios en tierra.

Como complemento a la lectura del libro vuelvo a recomendar la de Desliza.es, el «cuaderno de bitácora de un aviador inquieto» que es piloto del 43 Grupo y que casualmente te puede aclarar, por ejemplo, qué es eso de las pínulas. Eso sí, no tengo claro que en el blog estén las pistas para descifrar algunos de los huevos de pascua que hay en el libro.

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