R.U.R. Karel Čapek. Penguin. Inglés. 112 páginas.
En la fábrica de Robots Universales Rossum se producen desde hace años personas artificiales extremadamente similares a los seres humanos pero que se usan como mano de obra esclava en una economía que cada vez más depende se su trabajo para seguir adelante.
Estos seres, denominados robots (del checo robota, que quiere decir trabajo) son seres biológicos cuyos tejidos se fabrican mediante distintos procesos y que luego son ensamblados como una máquina cualquiera, y aunque son perfectamente capaces de hablar y razonar la fórmula mediante la que se fabrican hace que no tengan sentimientos.
Un día, la fábrica recibe la visita de Helena Glory, que aparte de mostrarse interesada en el proceso de fabricación de los robots termina por revelar que es miembro de la Liga de la Humanidad, y que creen que los robots deberían ser liberados.
Varios responsables de la empresa le hacen ver que esto no tiene sentido, dejando claro que ven a los robots como simples máquinas, y ella también parece terminar convencida, aunque sus palabras hacen que el doctor Gall, jefe del departamento de fisiología, comience a hacer modificaciones en el procedimiento de fabricación de los robots, lo que unos años más tarde acaba por proporcionarles sentimientos y consciencia de si mismos, lo que a su vez provoca su rebelión contra la humanidad, con consecuencias nefastas.
Contado así, no es nada a lo que la literatura, series y películas de ciencia ficción no nos hayan acostumbrado, y a cosas mucho peores, de hecho, en los últimos años, pero al leer esta obra hoy en día conviene no olvidar que es de 1921, y que en su momento era un planteamiento muy original, y de hecho tuvo mucho éxito aunque tampoco es difícil ver en ella paralelismos con Frankenstein o el golem de la mitología judía.
Personalmente, hacía tiempo que tenía ganas de leer esta obra, ya que en ella se introdujo por primera vez el término robot, al parecer según una idea de Josef, el hermano de Carel, que ha pasado a denominar a un tipo de personaje ya clásico en la ciencia ficción, y pienso que merce la pena; además, no es muy larga y se lee perfectamente en una tarde.