La empresa californiana Motoart se dedica a ir por los cementerios de aviones sacando de estos las piezas que les parecen adecuadas para convertirlas en muebles que harían las delicias de cualquier aerotranstornado… bueno, de cualquiera que pueda pagar el precio, ya que ellos mismos las califican como obras de arte y los pocos precios que se pueden ver en su web van de los 800 dólares para arriba en lo que se refiere a mobiliario.
¿Pero quién podría resistirse a tener una mesita hecha con una bomba de prácticas de la Segunda Guerra Mundial? ¿O con el cono de una hélice? ¿O con la rueda de un Boeing 707? ¿O una mesa de recepción hecha con el carenado pulido del motor de un B-747?
Mesa construida con la puerta de un C-119 «Flying Boxcar»
También tienen relojes y lámparas hechos con pistones de motores de aviones, asientos de eyección convertidos en cómodas sillas para tu salita (estos son más asequibles), carritos de la comida de Boeing 737 convertidos en muebles-bar rodantes, parejas de asientos de primera clase de un 747 listos para instalar en tu salón para ver esas sesiones de home-cinema…
Y sí, también tienen camisetas y gorras.
(Vía Boing Boing doble vía Crib Candy.)