Por @Alvy — 5 de abril de 2007

Tal y como aprendimos en Cazadores de Mitos resulta que las balas tienen bastantes dificultades para viajar por el agua de modo que sumergiéndote a unos tres metros de profundidad estarías seguro si alguien te disparara. Una cuestión balística relacionada, tan irrelevante como curiosa, sería la que tradujo Maikelnai el otro día: ¿Es peligroso disparar balas al aire?. El resumen es que

Si disparas un arma de fuego al aire, la bala viajará hasta 1,6 km hacia lo alto (dependiendo del ángulo de disparo y de la potencia del arma). Una vez que alcanza su apogeo, la bala caerá. La resistencia al aire limita la velocidad, pero las balas se diseñan para ser altamente aerodinámicas, de modo que la velocidad es bastante letal si llega impactar contra una persona.

Tal y como dice el original de HowStuffWorks, en las áreas rurales la probabilidad de impacto sobre alguien es limitada por una mera cuestión probabilística, pero en las ciudades más pobladas el peligro aumenta notablemente – tal y como aprendimos también en un episodio de C.S.I. Ahora bien, ¿depende de algún otro factor la peligrosidad de esas balas errantes?

En Consultorio CPI: Balas al aire analizan con más detalle la situación, y también referencian los trabajos de Cazadores de Mitos al respecto (disparando balas al aire sobre cerdos muertos en nombre de la ciencia), tras lo cual concluyeron que el asunto depende sobre todo de si la bala sube totalmente en vertical o con cierto ángulo. El resumen es que cuanto más vertical, menos peligrosa, pero cuanto menor sea el ángulo respecto a la horizontal, más fuerza tendrá y más peligroso sería el impacto:

Si el disparo es totalmente vertical, la bala caerá a plomo tras subir y detenerse en el punto más alto de su trayectoria, cayendo a la mencionada velocidad de 160 km/h. Si te tiran una bala a la cabeza a 160 km/h, lo más probable es que te haga un buen chichón con brecha y conmoción incluidas, pero es muy poco probable que penetre el hueso (…) La energía que recibe cráneo con una bala de 5 gramos a 160 km/h es equivalente a la de un martillazo con un martillo de 500 gramos a 16 km/h (o 2,25 m/s). Un buen golpe, sin duda, pero no mortal de necesidad. Es posible que si la bala cae de punta te pueda hacer una mella en el hueso.

Pero si el tiro no es perfectamente vertical, si pegamos un tiro al aire con el fusil a 45º, la bala tendrá dos componentes de velocidad, la vertical y la horizontal. La velocidad vertical descenderá a 0 en el punto más alto de la parábola, como en el ejemplo anterior. pero la velocidad horizontal no se ve afectada por la gravedad, sólo por la resistencia del aire, y puede ser bastante alta cuando la bala llegue al suelo. Si la velocidad de salida de la bala es de 300 metros por segundo, en un tiro a 45º la componente horizontal será de más de 200 metros por segundo (720 km/h), y al llegar al suelo puede superar fácilmente los 500 km/h, suficiente para atravesar a una persona de parte a parte. Hay casos documentados de muertes por balas disparadas al aire, a varios cientos de metros del lugar del disparo. No hay casos documentados, sin embargo, de muertes por balas cuando la bala cae cerca del lugar del disparo (cuando la mayor parte de la velocidad de la bala era vertical).

Como decían en uno de los comentarios, «qué suerte que aquí celebramos las bodas tirando arroz a los novios y no disparando balas al aire como hacen en algunos países»…

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