Por @Alvy — 23 de marzo de 2017

El reloj de la torre de Union Square, Nueva York (CC) Alvy

Este próximo domingo se produce el desplazamiento temporal de la primavera, mi día favorito por excelencia. Como cada año, sucede entre sábado y domingo pero técnicamente es el propio domingo. Hay que adelantar una hora el reloj. Las 2:00 de la madrugada del domingo pasarán a ser las 3:00. Tendremos un día de tan solo 23 horas y dormiremos una hora menos.

Este tradicional cambio debido al Horario de verano se realiza dos veces cada año; el opuesto se da el último domingo de octubre. Desde hace semanas se nota que estamos «ganando» unos tres minutos de luz solar cada 24 horas, lo cual es toda una alegría para el cuerpo. 60 minutazos de golpe alargarán las tardes notablemente (aunque por la mañana se haga «de día» más tarde).

¿Qué novedades tenemos este año?

Desde hace algunos años hay cada vez más movimientos protestando por la existencia del horario de verano en nuestro territorio. En concreto el colectivo Reforma horària propone entre otras medidas suspender el cambio horario de verano al carecer de sentido actualmente (se generalizó en los años 70 y 80 por la crisis del petróleo, para «aprovechar más la luz del sol»). Además de eso piden «recuperar las dos horas de desfase horario en relación al resto del mundo» y recuperar el huso GMT al que geográficamente pertenecemos de forma natural.

Al respecto se organizaron ya hace años hasta peticiones en Change.org. Pero irónicamente hay también iniciativas exactamente al contrario: Lighter Later. Incluso se propuso adelantar el primer time televisivo a ver si con eso las masas aborregadas seguían el mismo camino… pero nada.

Algunos políticos han intentado agarrar el toro por los cuernos, pero ha resultado esquivo y seguimos igual: La ministra Báñez puso encima de la mesa el cambio de huso horario pero los comercios no terminan de estar de acuerdo. De momento seguimos como estábamos hace casi cincuenta años.

Como puede comprobar cualquier que salga a la calle o vea a la gente entrevistada en televisión estos días la «opinión de la calle» sobre el cambio de horario en primavera suele ser positiva: la gente dice al día siguiente que se siente «con más sueño» pero también que se nota «genial» debido a que hay más horas de luz y actividad por las tardes.

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{Foto: Union Square Clock Tower, NYC (CC) Alvy}

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