Por @Alvy — 13 de junio de 2019

¿De qué nos morimos? La realidad vs. lo que buscamos en Google vs. lo que nos cuentan en las noticias (CC) Hannah Ritche y Max Roser / OurWorldInData.org

Interesante esta gráfica de un artículo de Our World in Data que analiza las causas de mortalidad en los Estados Unidos comparándolo con esas mismas causas y las búsquedas que hay en Google y su incidencia en las noticias de prensa y televisión.

Como se puede imaginar el panorama de los medios o nuestras angustias vitales no refleja la realidad: el 30% de la gente muere de enfermedades del corazón y también casi el 30% de cáncer, pero aunque la gente busca mucho más sobre «cáncer» en Google (37%) en las noticias apenas le dedican el 13% del espacio, de las enfermedades del corazón sólo hay un 2% de búsquedas y un 2,5% de noticias. (Nota: los datos son de EE.UU/2016, pero podemos suponer que serán similares en otros lugares del mundo y en la actualidad).

En el otro extremo tenemos que aunque menos del 0,01% de muertes se deben al terrorismo, ese tema acapara el 7% de las búsquedas en Google de la gente y el 36% de las noticias. Sorprendentemente (o no) es el tema #1 en las noticias, por encima incluso de otras causas como son los homicidios (noticias: 23%, realidad: 0,9%) o los suicidios (noticias: 11%, Google: 13%, realidad: 2%).

Se pueden ver todos los datos aquí:

Un detalle curioso es que nuestras búsquedas en Google reflejan mejor la realidad de lo que lo hacen las noticias. Naturalmente si los telediarios informaran todo el rato sobre enfermedades respiratorias o del corazón podrían considerarse aburridos, pero tampoco parece normal que se le meta tanto miedo a la gente con los homicidios o el terrorismo cuando la cantidad de gente que muere por esas causas es en comparación ínfima.

Recordatorio:

Los humanos somos realmente malos a la hora de valorar riesgos. Por eso hay personas que encienden otro cigarrillo mientras se preocupan por ser asesinadas por un terrorista y es por lo que muchos de nosotros conducimos al trabajo con toda la calma del mundo cada mañana pero nos ponemos nerviosos al subirnos a un avión.

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