Por @Wicho — 13 de febrero de 2004
Cuando George «Dubya» Bush anunció su nuevo y ambiciosísimo programa espacial a mediados de enero de este año proponiendo volver a la Luna en 2015 y luego iniciar el asalto a Marte todo el plan me sonó básicamente a ciencia ficción y lo cierto es que no le hice mucho caso, pues son promesas y objetivos a tan largo plazo que cuando no se cumplan a Bush ya le dará igual.

Además, este año hay elecciones, y ya se sabe que si a los políticos nunca se les debe hacer mucho caso, en año de elecciones menos todavía.

Lo sorprendente es que Bush II pretende llevar este plan a cabo sin recurrir a demasiada financiación adicional para la NASA, cuando a su padre se lo habían presupuestado en unos 400.000 millones de dólares.

Para poder hacer esto, lógicamente hay que recortar gastos por algún lado, y ya dijo que para empezar esto supondría completar las obligaciones de la NASA con el proyecto de la Estación Espacial para 2010 y retirar la flota de lanzaderas, que serán sustituidas por un nuevo vehículo todavía a desarrollar que sería capaz de llevar astronautas a la estación y a la Luna.

Como es de esperar, pronto salieron defensores y detractores del plan a exponer sus respectivas posturas, y una de las que más me llamó la atención fue la de que este plan podría convertirse en un caballo de Troya dentro de la NASA a causa de la necesidad de recortar gastos.

No se si la cosa llegará a esos extremos, pero lo cierto es que el plan Bush parece haberse cobrado su primera víctima con el telescopio espacial Hubble, pues la NASA, a pesar de la protestas, opinones e iniciativas en contra - de las que estas no son sino una muestra-, ha decidido finalmente cancelar las misiones de mantenimiento previstas para éste, lo que hará prácticamente imposible que siga en funcionamiento más allá de 2007, si llega a durar tanto.

La decisión de abandonar el Hubble a su suerte me parece bastante triste, sobre todo teniendo en cuenta la enorme cantidad de resultados tangibles que éste ha proporcionado y que estos se están cambiando por una serie de promesas que quizás nunca lleguen a cumplirse.

Y más cuando el argumento principal de la NASA para cancelar estas misiones es su preocupación por la seguridad de los astronautas- Quienes imagino que se habrían hecho oficinistas (sin menospreciar a estos para nada) si su intención fuera la de tener un trabajo seguro con horarios fijos.

Es cierto que está previsto reemplazar el Hubble por el James Webb Space Telescope, cuya construcción ya está en marcha, pero su lanzamiento no está previsto hasta 2011 ó 2012, lanzamiento que imagino que probablemente se retrasará.

Mientras tanto, los Estados Unidos suben su gasto militar hasta cotas insospechadas, incurriendo en una enorme deuda de cara al futuro.

¿Ciencia y conocimiento por armas?

No, nunca.

Como dijo Michael Moore,
Shame on you, Mr. Bush
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