Por @Wicho — 31 de marzo de 2007

Cuando hace unos días hablábamos de aviadores que habían sobrevivido a grandes caidas sin contar con un paracaidas muchos nos escribisteis para recordarnos el caso de Vesna Vulović, pero en mi opinión ella va en una lista distinta ya que aunque en efecto sobrevivió a una caída de 33.000 pies (10.160 metros), lo hizo con «ayuda».

Vesna Vulović era azafata de JAT Airways, la actual aerolínea de bandera de Serbia y en aquel momento la de Yugoslavia, cuando el 26 de enero de 1972 el DC-9 que realizaba el vuelo 364 de la compañía con origen en Copenhague y destino Zagreb y en el que ella volaba como parte de la tripulación de cabina, aunque a causa de un error administrativo, ya que era otra Vesna la que debía haber estado en ese vuelo, estalló en el aire a causa de una bomba colocada a bordo por extremistas croatas.

Nadie debería haber sobrevivido a una explosión a esa altura y a la consiguiente caída, pero cuando llegaron las primeras personas junto a los restos del avión descubrieron que Vesna, aunque gravemente herida, había sobrevivido, a diferencia de las otras 28 personas que iban a bordo.

Habitualmente se dice que se la encontró todavía atada a su asiento en la sección de cola del avión, pero en una entrevista con ella que se puede leer en Vesna Vulović - How to survive a bombing at 33,000 feet ella misma lo desmiente y dice que fue encontrada en una sección correspondiente a la mitad del avión, lo que tiene más sentido que el que hubiera permanecido en su asiento cuando el avión ya volaba a su altura de crucero.

En sus propias palabras

No, no estaba en la parte de atrás. El hombre que me encontró me dijo que estaba a la mitad del avión. Me encontraron cabeza abajo y con una colega encima de mi. Una parte de mi cuerpo y una pierna estaban en el avión y la cabeza estaba fuera. Uno de los trolleys del catering estaba encajado contra mi columna vertebral y eso fue lo que me mantuvo en el avión. El hombre que me encontró dice que tuve mucha suerte. Fue médico en el ejército alemán durante la guerra. […] Supo como tratarme en el lugar del accidente.

Así que parece que Vesna fue doblemente afortunada, tanto por sobrevivir a la caída -algunos dicen que la parte del avión en la que iba cayó en una ladera, lo que habría reducido la fuerza del impacto- como por el hecho de que quien la encontró supo tratarla adecuadamente.

Aún así nadie se explica a día de hoy como pudo sobrevivir, ya que a consecuencia del accidente sufrió una fractura de cráneo y una hemorragia cerebral que como única secuela le provocaron una amnesia que se extiende desde aproximadamente el cierre de las puertas del avión hasta un mes después del accidente, y además se fracturó tres vértebras, una de ellas hasta el extremo de dejarle ambas piernas paralizadas, aunque después de ser operada pudo volver a andar y seguir trabajando para JAT hasta que a principios de los 90 fue obligada a retirarse de la compañía por motivos políticos al mostrar abiertamente su oposición a Slobodan Milosevic.

Lo más curioso es que dado que no recuerda nada de la explosión ni de la caída nunca le cogió miedo a volar.

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