En este vídeo el aficionado a la música Hainbach enseña lo que es el rebote lunar, una especie de eco que se considera una forma de comunicaciones Tierra-Luna-Tierra y utilizan a veces los radioaficionados para comunicarse. Es algo que se conoce desde los años 40, y que con el equipamiento adecuado resulta curiosísimo de observar.
Como puede verse en las explicaciones se utiliza una gigantesca antena parabólica de 25 metros de diámetro para enviar los sonidos como ondas de radio, ya sean voz o música y luego esperar el «rebote» en forma de eco. Aquí la antena actúa como una especie de gigantesco espejo formado por una malla de cables de 7 × 7 mm. Como la distancia hasta la Luna es de unos 384.400 km las ondas de radio tardan más o menos dos segundos en recorrer ese camino: uno de ida, otro de vuelta.
Cuando las ondas llegan a la superficie lunar, simplemente rebotan. Aquí en la Tierra la parte más interesante, además del intrincado funcionamiento de la antena, sus motores y mecanismos, es que los sonidos vuelven ligeramente modificados debido a la dinámica lunar. Esto es porque la Luna se acerca o aleja constantemente en su órbita elíptica y tiene un movimiento de libación, moviéndose ligeramente en la fracción de segundo en que rebotan las ondas. ¿El resultado? Los sonidos se «desplazan» como cuando se produce el efecto Doppler y las notas recibidas suenan un poco más graves o agudas.
En los experimentos de Hainbach se utilizó su propia voz pero también la de una soprano y un bajista. Su objetivo era crear un plug-in gratuito para AudioThing, que llamó Eco Lunar. Es la forma más sencilla de experimentar con una especie de sintetizador cómo es el famoso rebote lunar.