Por @Alvy — 4 de marzo de 2023

Uno de los compositores de música electrónica favoritos de muchas personas es Jean-Michel Jarre, con quien se produce ese curioso efecto tan habitual al oír su música: «llevo toda la vida oyendo esa melodía, pero no sabía que fuera de él». Y es que se ha usado en anuncios de televisión, sintonías de programas, series y películas hasta la saciedad. Aquí el artista francés hace una breve exposición para la gente de Headliner de su estudio en París y sus mejores sintetizadores, instrumentos sin duda característicos de sus composiciones.

Como explica al principio, lo que se ve en estos diez minutos es sólo una de las salas de su estudio, porque tiene muchos más teclados en otras salas de ensayo y experimentación. Debe ser la única persona en el mundo que tiene más teclados que Nacho Cano, y bien que les saca partido. Entre los que se dejan ver están:

  • Un Mellotron pero digital (tiene otros dos analógicos con cintas), fabricado por el equipo original, más ligero y con un sonido idéntico al original.
  • Un Korg también digital, con sonido idéntico al analógico, que al igual que el Mellotron digital produce menos ruido y sonidos más puros.
  • Un Moog Sub 37.
  • Un Eurorack que con sus cables y módulos resulta delicioso.
  • Un Osmose de Expresivee, una compañía francesa, que tiene como peculiaridad que las teclas pueden moverse en horizontal además de pulsarse, lo que les proporciona ocho «posibilidades de expresión» con una sola pulsación.
  • Una consola de mezclas SSL.
  • Un teclado C15 de LinearLabs.
  • Un resonador acústico La Voix du Luthier que produce efectos acústicos interesantes cuando recibe el sonido de los sintetizadores, que se pueden grabar luego con sencillos micrófonos.
  • Un Moog One polifónico, que dice que es como el Rolls Royce de los sintetizadores, con el que podrías perder la vida dedicándole tiempo a investigar todos los controles.
  • Un Roland Paraphonic RS-505 analógico para instrumentos de cuerda.

Lo único malo del vídeo es que por alguna insondable razón no se muestra cómo suena cada uno de los instrumentos (!?) lo cual resulta cuando menos chocante. Y lo otro es que debido al fuerte acento francés en el inglés del bueno de Jarre, muchos nombres propios de los subtítulos son un poco «inventados» porque la inteligencia artificial que convierte la voz en texto para YouTube no ha dado para tanto. Quizá puedan usarle a modo de Test de Turing para el mundo del reconocimiento de voz la próxima vez.

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