Estuve viendo en persona la instalación Reflejos de Suakai por invitación de la gente de Dolby Atmos y pude aprovechar para pasar un rato con Iván Carmona y el equipo de creadores para entender mejor cómo funciona entre bambalinas.
La idea básica para entenderlo rápidamente es que se trata de una especie de Crea tu propia aventura completamente interactivo, con una composición musical y visual como trasfondo, pero con la complicación añadida de que todo sucede en tiempo real. Tiene un poco reminiscencias de Bandersnatch, la genial película interactiva de Netflix que supuso un pequeño hito en el streaming. Pero pero… ¿Cómo se hace esto mismo en un escenario en vivo y en directo?
Aclaremos un poco: Reflejos existe en dos versiones: una, como instalación artística fija en la que el público participa pulsando botones y ve el resultado en una sala con sonido Dolby Atmos y, otra, como espectáculo en directo en salas enormes equipadas con el mejor sonido posible, efectos de luces y sonido propios de Dolby Atmos. Allí el público asistente «vota» con sus teléfonos móviles y más de 350 músicos están preparados para ir cambiando de instrumentos, estilos y géneros: desde la música clásica al rock.
Las cifras son un poco apabullantes: en la instalación fija, que se comporta en cierto modo como un videojuego, el objetivo es «cambiar de estilo de vida para dedicarse a la música» y hay más de 300 historias posibles que se van bifurcando como ramas de un árbol. Si eliges sabiamente puedes acabar con un contrato millonario, triunfando con un gran espectáculo en una sala abarrotada; si decides ir por libre igual acabas en un estudio casero procrastinando la creación de música por jugar a videojuegos… ¡Mal! El juego se acaba y tienes que volver a empezar. En media hora pudimos probar cuatro o cinco caminos distintos y son a cual más divertidos, con transiciones suaves tanto visualmente como en la música, compuesta con más de 10.000 compases. Técnicamente es intachable.
En la versión en directo de Reflejos se utiliza también una sala equipada con Dolby Atmos, que fue el sistema de sonido elegido desde la concepción del proyecto para producir una mayor inmersión 360° en la experiencia. Muchos de los artistas que participan son multidisciplinares, y han de estar atentos a los resultados de las votaciones instantáneas para cambiar de instrumento y continuar con la composición. A veces hay dos equipos preparados (un conjunto de bandurrias y unos mariachis, por ejemplo) listos para salir tras el escenario; la elección final hará que continúen unos u otros.
A quien tenga la oportunidad de acercarse a ver tanto el espectáculo en directo como la instalación itinerante (en la Agenda de Suakai hay algunas fechas, la próxima en mayo en Gayarre, Navarra) se lo recomendaría, porque merece la pena tanto por la experiencia en sí como porque abre la mente a un montón de posibilidades creativas.