Según cuenta el periódico El Mundo, las tiendas de venta de música por Internet crecen y se multiplican y lo harán aún más en los meses venideros, beneficiadas en parte por el miedo generado por la RIAA después de la campaña caza de brujas iniciada recientemente.
De modo que aunque la RIAA en efecto nunca conseguiría denunciar a todos los usuarios que comparten su música sí que puede llegar devolver, al menos en parte, el equilibrio que existía entre la copia ilegal y la venta legal de música en tanto prolifere la oferta de música en forma de canciones individuales con precio moderado e inmediata disponibilidad, en un escenario más beneficioso para el consumidor que el existente previamente. Al final para el usuario medio será más cómodo y rápido acudir a las tiendas en línea y pagar aquellas canciones que realmente desea disfrutar, ahorrándose el gasto que supone adquirir los derechos de reproducción de las demás canciones del álbum junto con los de edición, fabricación y distribución del disco.
El mismo artículo hace mención a un brusco descenso en el número de usuarios de la red KaZaA en los últimos meses (habla de hasta un 41%) y en otro artículo del mismo periódico cuenta que los creadores de KaZaA han decidido demandar a su vez a las discográficas.