Por @Wicho

Hace unos minutos ha terminado la misión NS-31 del cohete New Shepard de Blue Origin. La empresa lo está vendiendo como un vuelo histórico al ser la primera vez que una nave va al espacio con una tripulación compuesta sólo por mujeres tras la misión de Valentina Tereshkova en 1963.

Pero a mí, desde que tuve noticia de la existencia de esta misión, me ha parecido y me sigue pareciendo un gran ejercicio de purplewashing por parte de la empresa de Jeff Bezos.

Y es que, sin querer desmerecer los méritos de Aisha Bowe, Amanda Nguyen, Gayle King, Katy Perry, Kerianne Flynn o Lauren Sánchez, lo único que han necesitado para poder ir al espacio es haber entrado en el radar de Lauren Sánchez, que es quien ha estado al frente de la organización de la misión y por cosas de la vida resulta que es la pareja de Jeff Bezos, para que las invitara.

Foto de grupo hecha en un estudio de las seis con sus monos de vuelo
De izquierda a derecha Gayle King, Aisha Bowe, Lauren Sánchez, Amanda Nguyễn, Katy Perry y Kerianne Flynn - Blue Origin

No han necesitado años y años de formación y entrenamiento, como ha sido el caso de la ya citada Valentina Tereshkova y de las mujeres que la siguieron como astronautas profesionales. Comparar sus viajes al espacio me parece bastante ridículo.

De hecho, las seis de la NS-31 viajaban como podemos viajar en un avión cualquier día: como meras pasajeras, sin capacidad alguna de intervenir en el desarrollo de la misión. Todo a bordo de la cápsula es automático. Es como si me dicen que llenar un avión de mujeres contribuye a animar a mujeres a convertirse en pilotos de aerolínea.

Y sí, Wally Funk también voló invitada al espacio en la primera misión tripulada de un New Shepard. Pero tenía toda una carrera detrás relacionada con la presencia de las mujeres en la industria aeroespacial que la hacía más que merecedora de esta tardía recompensa.

La cápsula, en cualquier caso, alcanzó los 107 kilómetros sobre el nivel del mar, con lo que, aunque sólo haya sido por unos minutos, pues la misión ha durado diez minutos y 21 segundos, las seis han estado en el espacio y en caída libre, viendo nuestro planeta contra la oscuridad del espacio. Así que que no pongo demasiado en duda que esta experiencia vaya a servir para dar una nueva perspectiva a las seis «para inspirar a generaciones futuras». Tiene que ser una pasada.

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