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@Wicho — 30 de noviembre de 2024
Estoy absolutamente enganchado a los vídeos en los que David de Usagi Electric, junto con algunos colegas, intentan devolver a la vida un ordenador de válvulas Bendix G-15 de 1956. Pero enganchado tipo The Expanse. Están en la lista Bendix G15 Vacuum Tube Computer.
El Bendix G-15 es un pedazo de bicho que mide 1,5m×1m×1m y pesa 438 kilos. Salió al mercado en 1956, aunque David estima, por el número de serie, que el que están intentando poner en marcha debe ser como de 1958. Su precio era el equivalente a unos 570.000 euros actuales.
Por la época en la que fue diseñado todo funciona en él con componentes discretos, nada de circuitos integrados, que aún no estaban inventados cuando salió al mercado. Nada, de hecho, de transistores, que aunque llevaban un tiempo inventados, aún no se habían popularizado en los ordenadores.
Así que la parte lógica del G-15 está formada por unos 3.200 diodos y unas 460 válvulas, además de una miríada de resistencias, un porrón de condensadores, y kilómetros de cable que los conectan unos con otros. Hay más de esos componentes en la fuente de alimentación, varios amplificadores de señales, y en el lector de cinta perforada desde el que se cargaba el software del ordenador. La máquina de escribir eléctrica IBM, que es el interfaz de usuario, añade unos cuantos componentes más.
Un módulo amplificador de entrada del G-15 – CC BY-SA 4.0 Jud McCranie
El trabajo de David tiene una parte menos complicada –no diría que fácil– que es la de poner a punto los motores de los ventiladores, el motor de la memoria de tambor, y eliminar roña acumulada por todas partes después de casi siete décadas.
Pero lo verdaderamente complicado viene a la hora de ir identificando paso a paso qué falla en la parte lógica el G-15. Para ello dispone de los esquemas del ordenador –algo que hace mucho que no se ve en el mundo de la electrónica– y de diversos manuales que explican el proceso de arranque que incluso muestran qué señales debe haber en ciertos lugares.
Así que armado con un polímetro y un osciloscopio –y más tarde con un comprobador de diodos– va poco a poco viendo hasta dónde llega el proceso de arranque.
Y eso que sólo para enchufarlo a la corriente ya fue necesario preparar una toma especial capaz de entregar 120 voltios y 50 amperios.
Esto es posible porque al tratarse de un ordenador construido con componentes discretos es posible acceder a todas y cada una de sus conexiones, con lo que puede colocar las puntas del polímetro o del osciloscopio allá donde necesita medir voltajes o señales. Ayuda también que el G15 tiene algunos paneles internos en los que conectar esos instrumentos para tomar medidas. Igual que los circuitos integrados, tampoco estaba inventada la obsolescencia programada en aquella época.
Claro que por mucho que dispongan de los esquemas ni David ni sus colegas tienen la experiencia que tenía la gente de Bendix al diseñar el G-15 a la hora de trabajar con componentes discretos, con lo que a veces se topan con cosas que los dejan locos durante días. Aunque a fuerza de perseverar…
El Bendix G-15 en un folleto comercial de la época – Bendix
El G-15 tiene un punto extra de interés porque su diseñador principal fue Harry Huskey, quien trabajó con Alan Turing en el Pilot ACE e incorporó muchas de sus ideas en el G-15. Así que se puede decir que el espíritu de Turing vive en el G-15.
Si David y compañía se salen con la suya el G-15 se convertirá en el ordenador digital en funcionamiento más antiguo de Norteamérica. Aunque el más antiguo del mundo es el Harwell Dekatron, que se puede ver en Bletchley Park. La idea es que el G-15 pueda ser expuesto al público en The Computer Museum, que es su propietario.