Apollo 11 de Todd Miller es una de esas películas que cumplen más que de sobra con las expectativas creadas por el trailer.
Cuenta la historia del Apolo 11 desde que el Saturno V es llevado a la plataforma de lanzamiento el 20 de mayo de 1969 hasta los desfiles triunfales de Armstrong, Aldrin y Collins por distintas ciudades de los Estados Unidos a la vuelta de la misión. Pero lo hace con material original de la época, tanto en lo que se refiere a las imágenes como al sonido.
Sólo que como las imágenes –rodadas en 16 y 35 milímetros, captadas los circuitos cerrados de televisión del Centro Kennedy o por cámaras de vídeo y fotografías hechas por los astronautas durante la misión– han sido digitalizadas de nuevo especialmente para la película es la primera vez que se ven con la calidad que las muestra este documental.
Pero además hay bastantes tomas que nunca se habían visto en público. Y es que la NASA había encargado que se filmara la misión y sus preparativos en 70 milímetros pero al final nunca hizo nada con la mayor parte de ese material. Ese material apareció cuando Dan Rooney, de la Administración Nacional de archivos y Registros, se puso a buscar material a petición de Miller. Aparecieron 65 rollos de película dedicados en concreto al Apolo 11, aunque muchos de los rollos no especificaban qué había en ellos. Ese material inédito incluye escenas del Complejo de Lanzamiento 39, de los espectadores presentes en el lanzamiento, del lanzamiento propiamente dicho, de la recuperación de los astronautas y el módulo de mando del Apolo 11 al final de la misión, y escenas rodadas a bordo del portaaviones USS Hornet a dónde fueron llevados después de ser «pescados».
La única excepción son unas pocas secuencias que se han cubierto con material de otras misiones Apolo porque no existían imágenes del Apolo 11, aunque siempre que era posible tras consultar con Aldrin y Collins si lo que ellos habían visto se corresponde con ese otro material.
Un toque friki extra a la película son las partes en las que hay que explicar al público lo que está pasando, pues se hace mediante unas animaciones muy al estilo Lunar Lander.
El documental usa también las miles de horas de audio recientemente recuperadas por la Universidad de Texas, con lo que no sólo hay imágenes nunca vistas hasta ahora sino que van acompañadas de audios que hasta hace poco tampoco estaban disponibles.
Pero si el material con el que está hecha la película es bueno el trabajo del director al combinarlo con una magnífica banda sonora para emocionarnos con una historia que sabemos perfectamente como acaba desde mucho antes de entrar en el cine es impresionante. Id a verla sin dudarlo. Si podéis en un cine con pantalla cuanto más grande mejor y con buen sonido. Sin desmerecer el resto de la película el momento del lanzamiento es absolutamente épico.
En ART OF THE CUT with doc director/editor Todd Miller on «Apollo 11» hay una interesantísima entrevista con el director en el que habla de todo el proceso de digitalización del material, entre otras cosas.
Eso sí, al menos en A Coruña sólo se podía ver en VOSE y los subtítulos son un absoluto desastre. Pasan de unidades imperiales a métricas todo el rato, sin ningún tipo de patrón que haya podido discernir; de hecho diría que es como si los subtítulos hubieran sido creados por varias personas trabajando de modo independiente sin coordinarse entre ellas. A veces, además, se cambia de rango de unidades de medida y de pies por segundo en el audio los subtítulos muestran, por ejemplo, kilómetros por hora, lo que despista aún más.
Y eso por no hablar de errores garrafales como decir que el peso del Saturno V al despegue es de 3.000 kilos cuando era de 3.000 toneladas.
O del uso de expresiones que nadie que sepa un poco de misiones espaciales usaría. Mi tiquismiquis interno estaba especialmente desesperado con el uso de la palabra fuego para traducir las palabras fire o burn. En este caso ambas se refieren al encendido de los motores de la nave, nunca a que hubiera fuego ni nada parecido. Y hay varias más del estilo.