Por @Alvy — 14 de Enero de 2019

¡Estoy flipando, tío!

– apropiado título para el minidocumental

El repaso que hace Film Qualia de los efectos especiales por ordenador en las escenas psicodélicas del cine –especialmente tras la llegada de las imágenes por ordenador– es bastante completo, aunque se limita un poco a los mayores éxitos de taquilla. Lo subtitulan «de Marvel a Nolan y Lynch», aunque para hacer justicia e introducir el tema se remonta incluso al cine de animación de mediados del siglo XX y a algunas escenas icónicas (como la de los elefantes rosas en Dumbo o incluso en Fantasia, de Disney). Colores chillones, movimientos geométricos y transformaciones casi imposibles que, como dicen, «parecen reflejar los efectos de las drogas que inspiraron a sus creadores» (refiriéndose a Alejandro Jodorowsky y Ken Rusell más que nada).

Naturalmente no podía faltar una mención a la icónica secuencia final o viaje a las estrellas de 2001: una odisea del espacio y referencias a coloridos viajes a extraños lugares en Enter the Void (2009) o las mucho más tranquilas escenas de las calles de París en Origen (2010) o The Matrix (1999).

El comentarista incluso encuentra ideas propias del LSD en las coloridas y brillantes películas de Lego, hasta llegar a producciones más modernas como la entretenidísima Valerian y la ciudad de los mil planetas (2017), donde el tratamiento de los CGI y el color es sencillamente espectacular. Entre las de Marvel más flipantes del universo Marvel –muy colorido y LSD, ya de por sí, no hay más que darse una vuelta por Asgard– destacan Dr. Strange (2016). Otra mención entre las más psicodélicas de las recientes va para Aniquilación (2018), que como peli de sci-fi es pasable aunque –eso sí– da mucho mieduqui asqueroso.

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