El desconocido (Dani de la Torre, 2015) Luis Tosar, Paula del Río, Marco Sanz, Goya Toledo, Javier Gutiérrez, Elvira Mínguez.
Un viernes de fin de mes parece empezar como cualquier otro día para Carlos cuando se lleva a sus hijos al colegio tras una discusión más con su mujer.
Pero una llamada telefónica de un desconocido hace que pronto las cosas empiecen a torcerse, y si bien al principio Carlos no se cree nada pronto descubrirá de forma brutal que el desconocido no está bromeando y que en efecto hay una bomba en su coche que estallará si se bajan de él.
A partir de ahí, tendrá que ingeniárselas para darle al desconocido lo que este quiere en una carrera contra el reloj para poder llevar a su hijo al hospital para que lo atiendan de una herida que amenaza su vida al mismo tiempo que intenta evitar que la policía se entere, aunque esta acaba por enterarse, lo que complica aún más las cosas.
La primera mitad, hasta que el coche del protagonista queda detenido en medio de una plaza –lo de que lo obligue a parar un helicóptero vamos a dejarlo pasar– es realmente angustiosa; no sabes qué será lo siguiente que le pase a Carlos y a sus hijos.
A partir de ahí hay un acusado cambio de ritmo, y aparece algún tópico que otro, como el policía que va por el libro y no se entera enfrentado a una compañera que, apoyada en su intuición, ve más claro lo que está pasando.
Claro que es también esta segunda mitad la que aprovecha para meterse más en las motivaciones de los personajes, tanto las de Carlos como director de una oficina bancaria a la hora de vender productos tóxicos a sus clientes y su forma de justificarse, como las del desconocido, y también es el momento en el que Carlos y su hija se vuelven a encontrar.
Así que es un cambio de ritmo que quizás desconcierta un poco, aunque el conjunto es bastante bueno.
Además, es una película rodada en A Coruña, y dado que todo el rato la acción se sitúa en exteriores, aunque sea dentro del coche, es una oportunidad para ver una de las ciudades más bonitas del mundo, aunque a los coruñeses el montaje de las escenas nos haga sonreír por la imposibilidad geográfica de muchos de los paseos que se da Carlos en su coche por la ciudad.