Lo primero es lo primero: no son zombies, son infectados.
Guerra Mundial Z (Marc Forster, 2013). Esta otra superproducción de la temporada dicen que es la que más dinero está generando para Brad Pitt en toda su carrera (ah, la ironía) y lo cierto es que aunque es bastante predecible tiene algunos puntos interesantes. Actuar actúa el solo; el resto son bastante secundarios y se agradece que el director haya dejado a los niños fuera de juego pronto y que no haya animales de compañía.
No es la película definitiva sobre los zombies ni el fin del mundo aunque esa sea precisamente la historia, pero tiene sus detallitos apocalípticos destacados. Te mete muy rápido en acción, sin paños calientes y la magnitud del caos y cifras de muertos es absolutamente bestial. Además los efectos especiales son realmente buenos y los zombies/infectados generados por ordenador están muy logrados y son bastante realistas.
También tiene sus pequeñas lecciones: en ella puedes aprender que si ves a policías saquear supermercados para salvar su propio culo es que la cosa se está poniendo muy chunga. Aparte de eso hay algunos trucos a lo MacGyver para sobrevivir ataques de zombies, tales como envolverse el brazo como cuando te ataca un perro mordedor o repartirse estratégicamente en las huidas a toda pastilla. Me gustaron más las de Zombieland, la verdad.
La película se estropea por tres o cuatro inexplicables agujeros de guión de tamaño descomunal, pero aparte de eso entretiene un rato.