Verdaderas obra de arte en sí mismas a veces, los títulos de crédito tienen una larga historia, comenzando por un tal Thomas Alva Edison que andaba usando los primeros fotogramas de las películas para plantificar allí sus notas de copyright ya en 1897.
Este proyecto de investigación del BTK (Berliner Technische Kunsthochschule) se titula The Film before the film y está precisamente dedicado a la documentación histórica sobre su evolución y a algunos directos míticos de estas pequeñas películas dentro de las películas, como Saul Bass. También se mencionan créditos que «marcaron época» como fueron en su día los de King Kong (1933), Superman (1978) –técnicamente los primeros generados por ordenador– o míticas mini-superproducciones como los de Se7ven (1995) o El club de la lucha (1999).