Tenía pendiente de recomendar Kick-Ass, una película de Matthew Vaughn basada en el cómic de Mark Millar y John Romita Jr. que se estrenó el año pasado pasando ligeramente desapercibida. Tuve la suerte de verla después de que me regalaran el cómic, y la combinación resulta totalmente explosiva. Quien quiera pasar un par de horas emocionantes y divertidas para desconectar del MundoReal™ debería ponerse a verla ahora mismo.
Kick-Ass es el sueño de todo friki hecho realidad: un quinceañero fan de los superhéroes y que se pregunta ¿por qué no hay superhéroes en la realidad? Así que se convierte en uno de ellos comprando un disfraz por Internet, con la intención de hacer de su ciudad un lugar mejor. Todo suena a comienzo de película estilo Spiderman hasta que los matones del barrio combinados con la carencia de superpoderes de Kick-Ass hacen que el protagonistas reciba hondonadas de hostias de magnitud cósmica, en unas secuencias que resultan más crueles en el cómic que en la película, si cabe. A partir de ahí se llega al resurgir, el ajuste de cuentas, el enfrentamiento con villanos y otros supervillanos-sin-poderes y un final de fiesta tan absolutamente épico que es difícil de narrar.
Mención especial para los papelones de Nicolas Cage como Big Daddy y, especialmente, la pequeña y adorable Chloe Moretz en el papel de Hit-Girl, una pequeña superheroína un tanto peculiar: la niña vigilante de diez años a quien todos habríamos querido tener como hermana.
Si la película es altamente recomendable, la novela gráfica es obligatoria: ocho capítulos de una gran historia para rememorar de vez en cuando por qué nos gustan las cómics de superhéroes. Ya se ha anunciado que habrá una segunda parte de la película en 2012.