Me explicaron hace tiempo este truco que me ha salvado más de una vez, especialmente de pasar noches sin dormir. Sirve para evitar engancharse a una serie de TV de esas que te dejan colgado de un episodio a otro, obligándote mentalmente a ver el siguiente, y el siguiente… Todos sabemos cómo funciona la cosa: si picas y sigues, en ese momento entras en círculo porque, claro, sigues un poco viendo a ver qué sucede y al final acabas exactamente en la misma situación.
El truco es válido tanto para series de acción o terror como para documentales intrigantes, series sobre juicios o de asesinos en serie. Da igual si la serie son muchos o pocos, largos o cortos, estilo 24, Lost o The Walking Dead; más o menos sabes que debes ver dos, tres o los que te permita tu tiempo, pero no «pegarte una maratón».
La solución es tan simple como esta: dar por finalizada la sesión en un episodio a medias, en cualquier punto aburrido. Esto puede ser hacia el principio, al cambiar de acto o en mitad de cualquier diálogo. La idea es evitar entrar en la espiral hacia el punto álgido (cliffhanger*) que es donde los creadores de la serie quieren dejar el episodio para que ansíes su continuación.
El truco funciona y es totalmente «indoloro»; simplemente al día siguiente empiezas donde lo dejaste, que es un punto ni fu ni fa y puedes llegar al final, continuar con otro episodio o lo que quieras hacer. En cuanto detecto que una serie es de esas de «dejarte colgado» lo pongo en práctica para evitar excesos y, sobre todo, pasar noches en vela. Y la verdad, me va estupendamente.
_____
* No sé si el termino procederá de ahí, pero hace un tiempo que revisé Chitty Chitty Bang Bang (Ken Hughes, 1968) y era una película de 145 minutos, tan larga para la época que tenía un descanso a la mitad. Pues bie ahí para enganchar la escena previa de cliffhanger («estar suspendido en un acantilado») consistía en dejar a los protagonistas en su coche cayendo por un acantilado, literalmente, tal cual.