Al principio de Outer Range (Prime Video), Royal Abbot tiene una vida más o menos sencilla intentando mantener el rancho familiar a flote. Aunque meses atrás Rebecca, la esposa de Rhett, uno de sus hijos, y madre de Amy, su nieta, ha desaparecido. Y las cosas tampoco es que les vayan de maravilla en el rancho. Pero se apañan.
Aunque un día las cosas empiezan a complicarse. Aparece por el rancho Autumn, una poeta que busca un sitio en el que instalarse mientras busca la inspiración. A pesar de que no es un rancho para turistas, Royal decide aceptar porque ofrece bastante dinero, y falta les hace. Unas horas después, mientras busca un par de reses desaparecidas, los hijos de Wayne Tillerson, propietario de un rancho colindante, le entregan una citación en la que se le comunica que parte de sus tierras son en realidad de los Tillerson y que tendrá que dejarlas en un mes o exponerse a una multa de 80.000 dólares y a un juicio. Y por si fuera poco, un rato más tarde descubre un extraño agujero, aparentemente sin fondo, en el suelo en los pastos del oeste del rancho. Que son justo los que Wayne dice que son suyos.
El día acaba de complicarse cuando por la noche Rhett Abbot, el hijo mayor de Royal, mata a Trevor Tillerson en una pelea a golpes después de que metiera el dedo en la llaga usando la desaparición de Rebecca para meterse con él. Royal decide que toda la familia, salvo Amy, que no debe enterarse de nada, lo encubrirá.
Y a partir de ahí empiezan a liarse mucho las cosas mientras Royal intenta mantener a la familia unida frente al asesinato de Trevor, la amenaza contra sus tierras, y la cuando menos chocante actitud de Autumn. Aunque es tan expresivo como una piedra, lo que no ayuda nada. Los Tillerson, por su parte, también tienen lo suyo, entre otras cosas porque no tienen ni idea de por qué su padre ha desarrollado ese interés enfermizo por los pastos del oeste del Rancho Abbott.
Lo malo es que en muchos capítulos pasan cosas que no sabes muy bien porque pasan. Y el ritmo cadencioso de alguno de los capítulos tampoco ha ayudado. Aunque de repente llegas al capítulo siete, que contiene una revelación importantísima, y ahi las cosas empiezan a tomar un poco de sentido. Incluso la forma de ser de Royal. De hecho tras el capítulo siete no estaría de más echar un vistazo rápido a los anteriores para contextualizar algunas cosas. Aunque la serie tiene sólo ocho capítulos, así que tampoco les da tiempo –o no quieren– aclararlo todo. Con lo que para llega a su fin, aunque empiezas a intuir algunas cosas, muchas más quedan sin explicación.
Así que no tengo claro si me ha gustado del todo la serie, aunque como soy bastante cabezota tampoco la he querido dejar a medias. Y no está claro que vaya a haber una segunda temporada, aunque al final de la primera todo queda listo para que así sea.