Todos hemos visto películas de las que hemos salido protestando por lo malos que eran los efectos especiales creados por ordenador, si es que no hemos empezado a protestar antes de salir del cine.
Pero este vídeo defiende la idea de que eso sólo nos pasa cuando los efectos especiales son realmente malos, lo que normalmente es atribuible a una falta de dinero y tiempo, o a su uso incorrecto.
Mucho más a menudo de lo que caemos en la cuenta estamos viendo escenas cargadas de efectos especiales que no se ven porque están al servicio de la historia y de los personajes.
Pero, además, a poco que lo pensemos, hay películas de hace años con efectos especiales que cantan a la legua, en especial porque no disponían de la tecnología de la que disponemos hoy en día.
Y no nos importa en absoluto si la historia que cuenta la película es buena.
Claro que hoy en día encontrar una película original es, cada vez más, una misión imposible.
(Vía @irreductible).