{Sin spoilers más allá de lo visto en los tráilers, excepto si sigues los enlaces con los cuales te adentrarás en otros artículos.}
Ready Player One (2018) de Steven Spielberg. Con Tye Sheridan, Olivia Cooke y Ben Mendelsohn. (Web oficial). Basada en la novela Ready Player One de Ernest Cline (2011).
En un futuro cercano y distópico controlado por una megacorporación todo el mundo pasa sus días dentro de Oasis, un universo virtual donde cualquier persona puede «ser lo que desee». Cuando el creador de ese mundo dejó como legado toda su fortuna y el control de Oasis a quien superara tres intrincados desafíos y encontrara el «huevo de pascua» del juego, comenzó durante años una alocada y peligrosa carrera por descifrar las pistas y hacerse con el «gran premio» – algo que prácticamente supondría el control del mundo.
Todo lo llamativo que se ha visto en los tráilers de Ready Player One sucede más o menos en los cinco primeros minutos de película – así que no se desvela gran cosa con ellos, como debe ser. El resto es el clásico desarrollo de una «búsqueda» (quest), tanto en el mundo virtual como el MundoReal™. Los protagonistas son unos entrañables frikis que exploran con infinito detalle las pistas y mensajes ocultos de la cultura en la que creció Halliday, el creador de Oasis.
Esa inmersión profunda en la cultura pop de los 80 incluye desde referencias cinematográficas –una de las cuales es altamente relevante, aunque no es la misma que en el libro, ni quizá haya sido el cambio más acertado– hasta la música, que va desde el Jump de Van Hallen al Take on me de A-ha, además de temas de Twisted Sister y Depeche Mode. La banda sonora es sencillamente espléndida, un trabajo de Alan Silvestri, más conocido por la de Regreso al futuro. La listas más completa que he encontrado es esta de Vulture: Todas las referencias de Ready Player One.
Todos los temas y referencias son en gran medida conocidos tanto por el público más adulto como por los jóvenes, pues casi todo se mega-éxitos en sus respectivos campos. Quizá eso es parte del secreto de que guste a todo el mundo por igual. ¿Quién no conoce Regreso al futuro? ¿Quién no reconoce el baile de Fiebre del Sábado Noche? ¿Quién no tiene un Cubo de Rubik en casa?
Mientras leía la novela original hace años soñaba con en esta película. O más bien imaginaba lo imposible que resultaría transformar el relato en un largometraje: la infinidad de referencias, marcas, licencias… Por no hablar de la recreación del mundo virtual de Oasis o de los numerosos escenarios y localizaciones, que requerirían un presupuesto imposible.
Pero lo mismo se decía de Watchmen y mira: adaptaron lo inadaptable. Aquí el trabajo ha corrido de la mano de Zak Penn y el propio Ernest Cline, autor de la novela. Han conseguido bordar lo que se suele hacer en estos casos: reducirla a la mínima expresión sin perder su esencia, compactarla en un marco temporal razonable y cambiar elementos –e incluso personajes– para hacerla un poco más cinematográfica. (Más al respecto: Las 16 diferencias clave entre el libro y la película.)
A la pericia de Spielberg tampoco hay que quitarle méritos: la película es más que correcta, épica como ninguna y con un profundidad que hace deseable revisarla de nuevo viéndola varias veces. Tiene de todo: persecuciones a lo Indiana Jones, ambientación a lo E.T. y jóvenes que están en una especie de Parque jurásico virtual. El presupuesto de producción –175 millones de dólares– tampoco ha sido moco de pavo, todo hay que decirlo.
Ya habrá más tiempo, artículos y vídeos para comentar infinidad de detalles, como esas referencias altamente frikis y oscuras a Las alucinantes aventuras de Bill y Ted, a Las aventuras de Buckaroo Banzai en la octava dimensión a los diversos huevos de pascua e incluso a Matrix, además de a los innumerables personajes de los videojuegos, el anime, la música y los chistes de los 80 que aparecen, casi como cameos, en las más de dos horas de película.
Habiendo visto el preestreno en versión original (cortesía de Nova, editores del libro, cuya edición ha sido por cierto revisada para 2018) y luego la versión doblada puedo recomendar ambas porque el doblaje al castellano es más que digno y no pierde la esencia – a pesar de las complicaciones de las jergas al uso.
Ready Player one te puede gustar mucho o no tanto, dependiendo de tu grado de apreciación de la nostalgia ochentera y la cultura pop. Lo que es seguro es que entretiene. Y por mucho que sea diferente de la novela es una estupenda película.
Relacionado: