Por @Alvy — 21 de octubre de 2015

Buckaroo-Banzai

Como toda película, Regreso al futuro toma elementos de otras películas como inspiración y a su vez ha inspirado miles de referencias en otros largometrajes, cortos, series y en la cultura popular.

Tal vez el mejor ejemplo sea la relativamente desconocida Las aventuras de Buckaroo Banzai (1984) (The Adventures of Buckaroo Banzai Across the 8th Dimension) de W.D. Richter. Se rodó y proyectó en los cines un año antes que Regreso al Futuro. Vista hoy quizá resulta un poco castaña (o, eufemísticamente, «comedia de culto») pero tuvo su momento a principio de los 80 – incluyendo hombreras, peinados y algo de música de la época.

La película está protagonizada por Peter Weller (Robocop), John Lithgow (Cosas de marcianos/3rd Rock From the Sun), Ellen Barkin (Miedo y asco en Las Vegas), Jeff Goldblum (La mosca, Parque jurásico) y… –atención– Christopher Lloyd. Sí: el mismísimo Doc Brown ya estaba en una de las fuentes de inspiración de Regreso al futuro «antes de». Todo el plantel de actores y secundarios es de lujo, y un par de ayudantes de producción también trabajaron luego con Robert Zemeckis posteriormente – quizá eso explique las coincidencias.

El guión cuenta la historia de Buckaroo Banzai y sus amigos los Hong Kong Cavaliers, un grupo musical que le sirve al protagonista como entretenimiento para relajar su mente de superdotado: el buen hombre es –a la vez– piloto de pruebas del ejército, científico, neurocirujano y además domina multitud de idiomas. Las mujeres se rinden a su paso y vive rodeado de fans y groupies como toda buena estrella del rock. Pero es un humilde que solo busca el progreso y el bien de humanidad. Por eso cuando descubre que una raza alienígena amenaza a la Tierra comienza a investigar y luchar contra ellos para hacerles volver a la «octava dimensión» de donde proceden.

Buckaroo Banzai: el Jet Car

En Buckaroo Banzai no hay viajes en el tiempo, pero sí a través de otras dimensiones espaciotemporales. El condensador de fluzo de Regreso al futuro sin duda se inspiró en el Supraimpulsor Oscilador diseñado por Buckaroo: su forma es triangular y los indicadores fluzean de forma muy parecida. Además, el oscilador está montado (oh, casualidad) en un vehículo muy especial: el Jet Car, que al superar la barrera del sonido puede saltar a otras dimensiones, dejando un rastro de llamas.

El Jet Card de Buckaroo Banzai: BB 88

El Jet Car quizá no sea tan elegante como el DeLorean, pero sí igual de increíble. Por si hace falta alguna referencia más resulta que el número que se ve prominentemente en el Jet Car es el 88: la misma velocidad en millas por hora que debe alcanzar el DeLorean para saltar en el tiempo. Y tal y como explicaron sus diseñadores, el 88 es el número que es porque su grafía se parece mucho a la de BB = Buckaroo Banzai.

Respecto a la inspiración original de la historia de Regreso al futuro Bob Gale ha reconocido en más de una entrevista que fue algo que le vino a la mente mientras hojeaba un viejo libro con fotos del colegio de su padre. Sus pensamientos fueron: «Hay muchas cosas sobre mi padre que no conozco… Si pudiera volver en el tiempo a la época en que él estaba en secundaria y tenía mi edad… ¿Seríamos amigos?» Para Zemeckis esa idea era intrigante y muy inteligente; para Spielberg era una oportunidad de hacer que los propios personajes desarrollaran el guión, en vez de al revés. Y así nació Regreso al futuro.

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