Ratatouille. Brad Bird y Jan Pinkava (co-director). Pixar, 2007. Web de la película.
Por diferentes motivos no pude ir a ver esta película hasta varias semanas después de que la estrenaran, con lo que a esas alturas ya había leído varias críticas, todas ellas muy positivas, lo que siempre supone un riesgo porque eso siempre crea unas expectativas que a la hora de la verdad pueden no cumplirse.
Y lo cierto es que la historia a priori no es demasiado original, ya que cuenta como Rémy, una rata de campo que ama la cocina, se ve obligada a emigrar a París y allí termina por azar en las cocinas de Gusteau, el que en su momento fue uno de los mejores -si no el mejor- restaurante de la ciudad, donde conocerá a Alfredo Linguini, un patoso joven incapaz de conservar ningún trabajo que acaba de ser aceptado como lavaplatos en Gusteau.
Allí Linguini descubrirá a Rémy arreglando una sopa que él ha estropeado, y los dos descubrirán enseguida que si son capaces de aceptar sus diferencias y de adaptarse el uno al otro serán capaces de grandes cosas, aunque el chef Skinner, quien ahora manda en Gusteau tras la prematura muerte de este, intentará hacérselo imposible por todos los medios a su alcance.
En este sentido la película recuerda a muchas otras en las que dos protagonistas tienen que ingeniárselas para trabajar juntos, pero lo cierto es que los personajes están tan bien conseguidos que pronto no te importa lo más mínimo el ver venir el guión a kilómetros de distancia y hasta el malvado Skinner acaba por darte un poco de pena.
Además, como ya es de rigor en las películas de Pixar, la animación es absolutamente extraordinaria, es de esas películas que hay que ver varias veces y congelando la imagen de vez en cuando para apreciar todos su detalles. La escena de la anciana con la escopeta me parece impagable, por cierto.
Así que una vez más, una muy buena película de Pixar.