El vídeo de este viernes es Silo, un cortometraje de David Soll, que cuenta una peculiar historia sobre uno de los encargados de un silo de misiles nucleares, en un ambiente de soledad rodeado de botones y tecnología de lo más inquietante.
La película demuestra varias cosas a la vez, como que no hace falta que haya mucha conversación para entender la trama, que un pequeño escenario puede ser suficiente para un rodaje y que algunos efectos visuales y un buen decorado pueden estar a la altura de otras producciones – de hecho algunas de estas escenas parecen bastante mejores que los de las películas de los 80.
Como bonus además hay un minicorto que muestra la realización de los efectos visuales.