Por @Alvy — 25 de julio de 2022

El canal Blend the Rules parece haberse creado con un único objetivo, pues tiene solo un vídeo: sugerir una forma alternativa de calcular los tiempos en las competiciones del Cubo de Rubik de modo que se beneficie a quien resuelve el cubo más rápido, no quien lo resuelve más rápido en la competición.

Captar los matices y la diferencia entre una cosa y la otra no es trivial, y por eso el vídeo explica cómo se cronometra en las competiciones de speedcubing con todo detalle. Haciéndolo de este modo quizá el récord del mundo estuviera más bien entre 6 y 9 segundos que en los 3,47 segundos actuales que ostenta Yusheng Du muy meritoriamente.

Dejando aparte variantes de promedios, eliminación de mejores y peores cubos, etcétera, en la competición tradicional para el cubo más rápido el tiempo se cronometra en dos fases:

  • Primero hay hasta 15 segundos de tiempo de inspección del cubo, en los cuales –delante quien hace el papel de juez, que ha desordenado* el cubo antes– se puede mirar sin girar las caras. Este tiempo no se tiene en cuenta porque…
  • … Luego está el tiempo de resolución, que comienza a contar cuando se ponen las manos en los sensores del cronómetro, se resuelve el cubo y finaliza cuando se vuelven a pulsar los sensores con las manos.

En otras palabras: si el participante A emplea 14 segundos en inspeccionar el cubo y luego lo resuelve en 5 segundos (total: 19 segundos) y el participante B emplea 2 segundos en la inspección pero lo resuelve en 5,01 segundos (total: 7,01 segundos), el ganador es A. El tiempo de inspección simplemente se descarta y no se registra ni se tiene en cuenta, sea mucho o poco, porque así son las reglas.

El autor del vídeo examina de este modo los vídeos conocidos del Top 10 y luego el Top 100 de los récords del Cubo de Rubik 3×3×3 para mostrar las diferencias: situaciones y speedcubers que inspeccionan poco (o mucho) y resuelven luego más rápido o más despacio. Es muy meticuloso e incluso hay una hoja de cálculo con todos los datos. Gran trabajo por su parte.

La propuesta final es crear una nueva competición en la que se sumen ambos tiempos, de modo que se valore en ella a quien resuelva el cubo más rápido desde que lo ve por primera vez, y no tanto a quien ejecute más rápido sus algoritmos una vez examinada la posición (que tiene mucho mérito, pero no es lo mismo). Yo por ejemplo soy más bien de los primeros, porque examinar el cubo no me aporta gran cosa dado lo lento que soy resolviéndolo, ~50 seg (mi récord personal es 40,21 seg desde 2005, pero tampoco he competido desde entonces).

Todo esto en cierto modo me recordó a la inagotable insistencia de Ramón Trecet, el mítico periodista deportivo, acerca de que la marca en la prueba de salto de longitud debería medirse desde el punto de batida –que para eso hay cámaras y rayos láser en el siglo XXI– y no desde el «cero» teórico que marca la tabla. Esta medida integral significaría que si alguien salta 8,85 pero además se ha «dejado» 15 cm antes de la tabla, su salto real o salto de longitud real se validaría como 9,00 metros. ¡Nuevo récord del mundo!

A mi en general me parece una buenísima propuesta: en las competiciones de speedcubing, como en el atletismo o el ajedrez, hay que innovar de vez en cuando. E igual que hay variantes con promedios, a ciegas, con una mano, etcétera, podría popularizarse esta de «tiempo total, sin inspección». Sería un cambio nimio que daría lugar a marcas más realistas, de alrededor de 9 segundos según han calculado. Aunque por cierto hay algún vídeo de Max Park marcándose un 3 segundos de inspección + 3 segundos de resolución –no en competición– que indicaría que a ese nuevo récord se podría llegar en alrededor de 6 segundos.

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* El tema de la desordenación de los cubos es también complejo, pero está bien resuelto en la actualidad: se sabe que se puede resolver cualquier cubo desordenado en un máximo de 20 movimientos. Por eso hay software que genera una secuencia para desordenarlo desde el estado inicial de entre 20 y 25 movimientos; los participantes no lo ven ni conocen esas secuencias, que son básicamente aleatorias y ejecutadas por los jueces antes de la competición. Aun así, puede suceder que por azar resulten cubos que se pueden resolver en menos pasos de los habituales (lo cual depende de los algoritmos que utilice cada participante) y quizá algunos puedan suponer por puro azar una pequeña ventaja. En competición se suele intentar compensar con las pruebas del tipo «promedio de 3 cubos», «5 cubos», «eliminando el mejor y peor cubo», etcétera.

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