La mayor parte de la gente se entrega emocionalmente al llamado HuggieBot a ver qué pasa. El sujeto número #3 se entrega… pero acojonao.
Este trabajo experimental procede del Departamento de Inteligencia Háptica del Instituto Max Planck de Stuttgart (Alemania) donde su directora Katherine Kuchenbecker presentó un trabajo titulado Soporte emocional para humanos mediante abrazos robóticos. Un curioso título para un tema (el del apoyo emocional mediante máquinas y animales de compañía) que da para mucho.
Entre los beneficios que tienen este tipo de abrazos robóticos –que mal medidos seguramente podrían crujir al humano en cuestión– están la mejora de la tensión arterial, los niveles de oxitocina y la «liberación de estrés».
Al parecer en estos brazos robóticos están experimentándose manos blanditas con almohadillas de algodón, poliéster, goma y de otro tipo; también prueban diferente duración, temperatura (puede generar calor) y por supuesto fuerza. En general de los 30 sujetos que hicieron la prueba 12 prefirieron los «abrazos blanditos y calurosos», y también varios «los fuertes y firmes, como que te exprimen un poquito». Difícil de valorar y ajustar, seguramente.
(Vía Spectrum.)