Después del fracaso del Luna X prize la X Prize Foundation ha puesto en marcha una nueva iniciativa: el Avatar Xprize en este caso premiar (también con hasta diez millones de dólares) el mejor “avatar robótico” para telepresencia, una competición que desarrollará a lo largo de cuatro años con el fin de acelerar el desarrollo de un sistema de avatar “para trasladar las habilidades y el conocimiento individual al lugar exacto en el que se necesiten y cuando se necesiten.”
Para cumplir con los requisitos de la competición los participantes deberán desarrollar algún sistema que sea capaz de ver, escuchar e interactuar con el entorno y con otras personas, y de ejecutar diversas tareas del mundo real a al menos 100 km de distancia y de tal modo que entre sus aplicaciones se cuenten la aplicación de cuidados críticos y de respuesta a catástrofes en caso de desastres naturales.
Además los avatares deberán ser capaces de “proporcionar servicios específicos y tener habilidades profesionales poco comunes para realizar tareas de mantenimiento o de reparaciones críticas” para superar “las barreras del tiempo y la distancia” y trasladar “la capacidad de experimentar físicamente y de aplicar habilidades a las personas que las necesitan, con la urgencia que se requiera.”