Este curioso robot formato por «medio cuerpo» –básicamente un torso, brazos, cuello y cabeza (decorativa)– se llama LIMS2-AMBIDEX. Un nombre tan extraño como lo que hace: aprender a describir suaves trayectorias parabólicas con objetos. Lanzar una pelota a canasta, vamos. Procede del Laboratorio IRIM Koreatech.
Lo mejor: lo humano de los movimientos. Inquietantemente humanos, se diría.
Lo segundo mejor: la cara y gestos de miedo de algunos de los técnicos cuando empiezan a ponerle «tapones» para impedir los lanzamientos en las pruebas de seguridad.
El robot tiene dos brazos con 7 grados de libertad de movimientos, el torso tiene 3 grados y el cuello otros 3. Como puede verse aprende rápido a coger la pelota, lanzar y encestar; de hecho acierta sin mayores problemas. Lo que hace es básicamente calcular una «trayectoria suave», una parábola suave variando 11 de los puntos de las uniones del cuerpo (codo, hombro, mano, etcétera).
Lo que intentan en la segunda parte del experimento es hacer que el robot sea seguro, utilizando unos valores límite que garanticen «interacciones seguras». De ese modo si una persona se pone en medio no se llevará un golpe del amenazante artilugio, que debe medir casi dos metros cuando alza sus brazos metálicos.
Primero intentan ponerle tapones y todo va bien, pero alguno acaba fostiado, aunque todos son risas y diversión. Al menos hasta que un día el robot se canse de la pelota, desactive la seguridad y se ponga a partir caras… ¡Skyneeeet!
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