Por @Alvy — 26 de abril de 2021

Este delfín tan adorable es un robot. Un animatrónico mecánico y de silicona creado por Edge Innovations hace unos años con el que han estado haciendo pruebas con el objetivo de llevarlo a parques temáticos. La idea es crear una atracción en un parque acuático; hay un plan para un parque chino con un grupo de delfines para dar espectáculo y jugar con los niños de cerca.

La idea tras el desarrollo de este delfín es que la misma técnica mecánica y de movimientos podría usarse para crear tiburones, ballenas o incluso «dinosaurios marinos». Se construyen simulando el esqueleto, los músculos y los depósitos de grasa con silicona y otros materiales. El resultado es tan tan realista que quienes los han visto les dan un «sobresaliente»; el vídeo es un buen ejemplo.

Dicen que podrían incluso solucionar el problema de los delfines en cautividad, liberándolos para siempre, uno de los objetivos de sus creadores. Se pueden crear en versión delfín, beluga, ballena, orca y otras; algunas se han usado en películas (y resultan más realistas que el Tiburón.)

Un robot de este estilo pesa unos 270 kg, puede funcionar unas diez horas sin tener que recargarse, y durar unos 10 años (en agua salada) así que además de convincentes resultan bastante sólidos. Pueden usarse con movimientos preprogramados o bien hacer que reacciones a lo que ven a su alrededor e interactúen con la gente. Uno de los problemas, empero, es el precio: entre 3 y 5 millones de dólares… Una inversión nada barata que habría que ver si compensa, pero en los parques temáticos este tipo de «inversiones» no son nada del otro mundo.

En este otro vídeo puede verse cómo sus creadores controlan a los delfines. Resulta un poco chocante, porque son tan realistas que te da pena verlos metidos en un acuario de reducidas dimensiones, pero luego ves al ingeniero manejando el mando a distancia justo al lado y dices, ¡leches, si sólo es un robot! y te olvidas del tema. Sólo espero que si algún día los delfines de verdad quedan liberados y se van a otro lado les oigamos decir aquello de… ¡Hasta luego, y gracias por el pescado!

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