Hace algún tiempo que le venimos siguiendo la pista a Hadrian, el robot de FastBrick Robotics, que ahora, montado sobre un camión, parece listo para salir a la calle.
Dotado de un brazo de 30 metros Hadrian X usa una guía láser para saber dónde tiene que colocar cada ladrillo sin moverse de su sitio y prácticamente sin intervención humana: sólo hay que cargar los planos de la construcción en el ordenador que lo controla y asegurarse de que no se terminan los suministros de ladrillos y el adhesivo que usa para unirlos. Hasta se encarga de hacer las rozas para cables y tuberías.
FastBrick Robotics espera tener el primer prototipo en funcionamiento a finales de 2017 y empezar a comercializarlo en 2019. Estima su precio en dos millones de dólares australianos, pero cueste lo que cueste no hay que olvidar que salvo por cuestiones de ruido y las paradas de mantenimiento que le toquen Hadrian X podría trabajar de forma continua las 24 horas del día. El fabricante habla de reducir el seis u ocho semanas el tiempo de construcción de una casa estándar.
Y ojo, que Hadrian no es el único robot albañil en desarrollo ni mucho menos.
Los robots están poniendo patas arriba el mercado laboral, cada vez más deprisa. Pero como suelo decir cuando toca hablar de nativos digitales (que no existen) el problema no son las máquinas sino que no queramos adaptarnos al cambio que se está produciendo.
Pero bueno… a principios del siglo XX la mayor parte de la población activa española trabajaba el campo y ahora apenas es un cinco por ciento y hemos sobrevivido.
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