Este pequeño robot se llama Berkeley Humanoid y básicamente es un torso con dos piernas, muy ligero y ágil. Es capaz de realizar movimientos muy humanos (antropomórficos, que le dicen) dando una sensación extraña al estilo valle inquietante al ver algo que no es humano pero se comporta como un humano. Básicamente camina por cualquier terreno: llano, rugoso, con piedras, escaleras… Es parte de los proyectos de la plataforma de «control basado en el aprendizaje» del laboratorio.
Entre sus habilidades está la capacidad de adaptarse a cualquier terreno (asfalto, ladrillos, hierba, caminos irregulares) gracias a sus algoritmos de aprendizaje por refuerzo. También es capaz de moverse de lado, hacia atrás y dar saltitos, todo en actitudes muy curiosas.
Además de todo esto el Berkeley Humanoid es muy robusto, de modo que aunque se fostie espectacularmente aguante prácticamente cualquier cosa. De hecho en el vídeo puede verse cómo en un terreno montañoso se cae el operador de vídeo antes que el propio robot (!) En una de las pruebas recorrió casi 400 metros en 10 minutos, atravesando por el campus todo tipo de obstáculos.
Aunque en alguna ocasión le hacen la «prueba de perturbación» (a.k.a. «vamos a fastidiarle con patadas y empujones») sale incólume… yéndose los técnicos un poco en contra del Stop Robot Abuse, pero bueno, todo sea por la ciencia. Tamaño reducido, compacto, aprendizaje rápido… Poco más se puede pedir.
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