El hidrogel es un polímero resistente y gomoso que está formado en su mayor parte por agua (como sucede con las lentillas o la gelatina, por ejemplo) y estas “criaturas” impresas en 3D con este material pueden desplazarse y moverse bajo el agua. El resultado son robots flexibles que cuando se aplica una corriente eléctrica se mueven imitando a seres submarinos.
“Los materiales blandos como el hidrogel son flexibles, a menudo más baratos de fabricar que los materiales rígidos y pueden miniaturizarse”, explican en Futurity. “Los objetos fabricados con materiales blandos suelen ser fáciles de diseñar y de controlar en comparación con los dispositivos rígidos y mecánicamente más complejos. Este avance puede llevar al desarrollo de órganos artificiales como el corazón, el estómago y otros músculos, además de dispositivos para el diagnóstico de enfermedades, detectar y administrar medicamentos y realizar inspecciones subacuáticas.”
El hidrogel utilizar por los investigadores de las universidades de Rutgers, en EE UU y de Corea, en Seúl, puede moverse de diferentes maneras y cambiar de forma cuando se aplica una corriente eléctrica a la solución salina en la que se se sumerge el hidrogel electroactivo; la velocidad del movimiento está determinada por el grosor del hidrogel, cuanto más grueso es el hidrogel más lento son sus movimientos.
Un mismo objeto impreso en 3D con hidrogel puede tener diferentes grosores como forma de controlar cómo serán sus movimientos según la salinidad de la solución y la corriente eléctrica aplicada.
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