En Wired explican Cómo se puede hackear las cámaras que llevan en el uniforme los policías. Según las pruebas de expertos de seguridad hay al menos cinco marcas (Vievu, Patrol Eyes, Fire Cam, Digital Ally y CeeSc) que se utilizan habitualmente en Estados Unidos que son vulnerables a «ataques sencillos» (incluyendo que en algunos casos se instalan con las contraseñas por defecto).
Todos los dispositivos puestos a prueba presentaban problemas de seguridad que permitían a un «atacante» rastrear su ubicación o manipular el software que ejecutaban. También había problemas con el «ecosistema» de aplicaciones móviles, software y plataformas en la nube con las que interactúan estas cámaras (…) Algunos de los modelos de cámaras más sofisticadas con conectividad Bluetooth o de datos también presentan vulnerabilidades que podrían ser explotadas para «pincharlas» y transmitir en remoto las imágenes en vivo de las cámaras. Una vez controlado el software se podrían modificar, añadir y eliminar las secuencias almacenadas en la memoria de las cámaras.
En otras palabras: una de las funciones básicas de estas cámaras que es garantizar que graban lo que realmente sucede a su alrededor (para protección de los policías y de los ciudadanos) fracasa miserablemente en cuanto un tipo con una antena y un portátil anda cerca. A la gente a la que no le gustaba mucho la existencia de estas cámaras este artículo le va a encantar.