Por @Alvy — 11 de abril de 2018

Esta técnica esteganográfica de ocultación de mensajes llamada FontCode utiliza los glifos o rasgos de las tipografías como «canal encubierto» en el que transmitir mensajes. El aspecto general del texto (el llamado mensaje portador) tiene aspecto normal y corriente, pero las pequeñas variaciones en cada uno de los rasgos –los «rabitos» como la cola o el asta– codifican esos mensajes.

Esta técnica es muy similar a la esteganografía de imágenes, donde pueden utilizarse ciertos valores de los píxeles y ligeras variaciones de color para codificar bits que reunidos componen un mensaje. Lo que se transmite parece una foto normal y corriente, pero incluyen una capa de mensaje oculto.

La clave de este método es que esas pequeñas perturbaciones o variaciones en cada carácter sean apenas perceptible para los humanos pero legibles para las máquinas mediante un OCR. Distintas letras tienen distintos rasgos, así que unas pueden codificar más información que otras. Aun así el método es más eficiente que otros ya conocidos como cambiar el interletraje o los finales de línea: Con unas 80 letras se pueden codificar 128 bits, más o menos.

FontCode

Todo esto tiene su punto práctico: puede usarse como una especie de marca de agua para incluir metadatos en cualquier tipo de documento corriente, como fechas de creación, modificación, autoría, derechos de autor etcétera. Imaginemos que intentas escribir un Trabajo de Fin de Master falsificando la fecha. Al imprimirlo la propia impresora podría incluir de esa forma invisible y oculta la información de la fecha real en que se imprimió, el número de serie de la impresora, el de orden de impresión, etcétera – como ya hacen actualmente los códigos de color invisibles.

Lo más divertido y futurista del asunto es que para extraer los metadatos y mensajes ocultos sólo hace falta una app en el móvil: se apunta con la cámara al papel con el texto y ¡voilà!, tal cual aparece ya decodificado.

Como sucede con otras técnicas esteganográficas puede que esta no sea la mejor forma de guardar «grandes secretos», pero lo interesante es que el método puede usarse también para incluir mensajes encriptados y firmas digitales más complejas. La idea es básicamente la misma; simplemente necesita un poco más de texto y otro protocolo un poco más complicado. Gracias a esto el propio texto de una factura podría incluir por ejemplo una «firma digital» en los rasgos de los textos y números y que se pudiera certificar su autenticidad sin mayores problemas con un simple móvil.

El trabajo completo sobre esta técnica puede leerse aquí: FontCode: Embedding Information in Text Documents using Glyph Perturbation (Xiao, Zhang y Zheng, de la Universidad de Columbia).

(Vía Daniel Bilar.)

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