Esta semana la TSA (la agencia para la seguridad en el transporte, en EE UU) se encontró con un revólver impreso en 3D cargado con munición «de verdad» en el aeropuerto de Reno.
Aunque se puede viajar en avión con un arma de fuego siguiendo un procedimiento previo, la munición no puede llevarse en el equipaje de mano. El propietario de la réplica de plástico, impresa en 3D, optó sin embargo por dejar su arma y la munición en manos de la TSA, y continuó su camino.
Tal y como se apuntaba hace unos años en el documental «Clic, imprimir, arma», este tipo de armas de plástico son invisibles para los detectores de metales, aunque no la munición que es de verdad, y si están bien hechas permiten disparar algunos proyectiles antes de romperse.
Pero lo más sorprendente es que ese revólver impreso en 3D es sólo una de las 68 armas de fuego interceptadas por la TESA en una semana. 59 de esas armas estaban cargadas y 21 tenían un cartucho en la recámara. Eso son casi 10 armas interceptadas cada día en los aeropuertos de los EE UU. En 2014 la TSA interceptaba 6 armas de fuego al día.
Imagen: Blog de la TSA.
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