Por @Alvy — 13 de mayo de 2003

Rebobinado rápido: Tal día como hoy, hace exactamente un año menos un día, un post sobre el fraude con las tarjetas de crédito, en concreto los skimmers que sirven para copiar tarjetas:

Un sistema más ingenioso todavía es instalar un skimmer en la puerta de un banco o en un cajero. Los chorizos van por la noche, lo instalan encima del lector de «abrir la puerta» (o en bancos donde no hace falta en realidad «abrir la puerta») y listo. Al pasarla, la tarjeta queda copiada. También se han visto como «apéndices» de la ranura normal donde se meten las tarjetas, de modo que primero se copia y luego entra en la ranura de verdad (…) [Posteriormente] los ladrones se hacen [con el PIN] mirando a la gente por encima del hombro mientras teclea en un cajero, con una cámara desde cierta distacia, y de otras formas. Luego si tienen un skimming de la tarjeta (o el número, y generan una nueva tarjeta) pueden sacar dinero del cajero sin problemas.
Hoy (2003, un año después), en las noticias y los telediarios:
Detenidos en Barcelona dos estafadores de una red internacional de falsificación de moneda (…) La banda internacional (…) se dedicaba a colocar lectores de banda magnética superpuestos al de entrada en la entidad bancaria, combinado con una cámara para captar los números secretos de los clientes. Posteriormente habrían duplicado las bandas magnéticas, integrándolas en las tarjetas de una conocida red de estaciones de servicio francesas.
¿Conclusiones?

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