Por @Alvy — 20 de Febrero de 2018

HomePod, Google Home, Echo: voz inteligente a partir de 70:00

En Los Crononautas #S02E15 estuvimos explicando a grandes rasgos cómo funcionan los nuevos aparatejos que Apple, Google y Amazon están intentando que instalemos en los hogares para hacernos la vida más fácil: los llamados «altavoces inteligentes» HomePod, Google Home y Echo que se instalan en el salón o en cualquier lugar de la casa. Se puede escuchar a través de iVoox, iTunes o directamente con el reproductor web.

Homepod

Estos altavoces incorporan los asistentes digitales Siri, Google y Alexa y aunque conocemos muchos detalles sobre su funcionamiento mucha gente ignora a veces lo básico: que necesitan una conexión a Internet activa. La razón es que el procesamiento del audio y las respuestas se realizan en la nube, a partir de una versión de baja resolución a modo de «resumen» de lo que se ha escuchado – no es algo que los aparatos hagan por sí mismos. También hay que se saber que aunque estos aparatos escuchan continuamente todo lo que decimos eso no quiere decir que «lo entiendan» o almacenen. De hecho sólo procesan el audio por fragmentos, intentando encontrar las menciones a las palabras clave (¡Oye, Siri!) para activarse y entonces procesar ese audio completo.

Alexa Echo

Los altavoces inteligentes suelen contar con 6 o 7 micrófonos direccionales, a lo que se añaden un mínimo de botones por si los comandos de voz no funcionan. Sus funciones son variadas: proporcionar información, hacer compras, gestionar los dispositivos del hogar, pero su fuerte es el reconocimiento de voz y la asistencia inteligente. Es interesante que en el mercado haya un amplio rango de precios: desde los 99 dólares de Amazon Echo a los 349 dólares del HomePod de Apple, con Google Home a medio camino a 129 dólares. Así quien quiera probarlos podrá elegir entre diferentes opciones (sin que sufra mucho el bolsillo).

Google Home

La llegada de estos aparatos también ha dado lugar a numerosas anécdotas: asistentes de voz que se disparan y se ponen a comprar casas de muñecas como locos, o situaciones más complicadas todavía cuando las llamadas de atención se hacen desde anuncios publicitarios (con ganas de trolear).

De hecho se supo hace poco que Amazon había patentado un par de métodos para evitar estos «falsos positivos» algo que se dio a conocer tras un anuncio de la compañía en la Superbowl. Las soluciones son dos: cuando un anunciante quiere que su propio anuncio lo ignoren los dispositivos Alexa graba el anuncio borrándole una pequeña franja de la banda de sonido, imperceptible para los humanos pero cuya ausencia es detectable si se examinan todas las frecuencias.

El segundo método es que un anuncio que haya disparado miles de dispositivos alguna vez simultáneamente (bien por troleo, bien por error) crea un pico estadístico inusual e importante; simplemente se puede ignorar o guardar en la nube de Alexa, de modo que se compare cualquier nueva petición con él: si resulta ser exactamente igual –es decir, no es la voz de diferentes personas– entonces la orden es ignorarlo. Esto evita que las redifusiones, grabaciones o directos de uno de estos anuncios puede causar problemas y dolores de cabeza «logísticos».

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