El ArcaBoard es una forma de solucionar el tema de los hoverboards «voladores» por fuerza bruta. Si tiene que volar, se fabrica para que vuele: eso sí, necesita 36 superventiladores y una potencia de 272 CV para levantar el peso de una persona (hasta 110 kg), aunque lo consigue sin problema. El resto del aparato son sistemas para mantenerlo nivelado y –suponemos– que no se vaya volando por ahí sino más bien cerca del suelo.
Eso sí, todo son risas hasta que se mira la etiqueta del precio: 19 900 dólares la unidad. Precio por el que te puedes comprar uno o dos coches y llegar bastante más lejos, más seguro y más rápido. Y con más maniobrabilidad que subido a una pieza de Lego gigante (el propio ArcaBoard pesa 82 kg, ¡ouch!) que apenas se levanta 30 cm sobre el suelo desplazándose a 20 km/h.
Y después de pagar todo eso y subirte en un trasto gigantesco, ¿hasta dónde puedes llegar? Pues tampoco muy lejos, la verdad: la duración máxima de las baterías es de 6 minutos, así que apenas puedes recorrer 2 km. Eso sí, se puede usar un pack de ampliación para alargar la carga hasta media hora.
Quizá para montar algún espectáculo o competición acerca de formas de transporte raras sea divertido, pero práctico no parece mucho – y eso que llevan 17 años desarrollándolo. Pero la verdad: le ponemos un diez en originalidad por el concepto, aunque en el resto de categorías me temo que no puntúa muy alto.