Esta es una versión mejorada de Atlas, el robot que Boston Dynamics desarrolló en su momento para el Darpa Robotics Challenge. Está diseñado para trabajar tanto dentro como fuera de edificios y ayudarnos a la hora de manipular objetos y en tareas de búsqueda y rescate; sensores por todo su cuerpo y un lidar en su cabeza le ayudan a moverse sin chocar con las cosas.
Y ya no sólo es que no necesite cordón umbilical –hace tiempo que puede prescindir de él, al menos durante un rato, en su versión Unplugged– sino que yo diría que ahora es capaz de caminar por un campo nevado mucho mejor que algunos humanos.
Ya veréis que risa cuando tomen consciencia y empiecen a buscar a esos humanos que se dedicaban a tocarles las narices con un palo de hockey; no sé si es sólo cosa mía, pero cada día estamos más cerca del valle inquietante.
A tenor de estos avances, recomiendo encarecidamente la lectura de Creyeron que no existiríamos, un relato de Helena Matute sobre el desarrollo de los robots y las inteligencias artificiales que por ahora es ciencia ficción, aunque quién sabe por cuanto tiempo.