Me pareció realmente ingeniosa esta idea de alta tecnología aplicada a algo de tan baja tecnología como un bikini. Se trata de unos detectores de intensidad de rayos ultravioletas, que son los que nos ponen morenos pero en exceso pueden producir cáncer de piel. Van camuflados como «cuentas» en las cuerdas con que se ata el bikini.
El color que muestran cambia con la intensidad de los rayos: violeta suave, no hay problema; violeta oscuros, mejor buscar una sombra para no acabar como una cangreja. Como el bikini está tan expuesto al sol como quien lo lleva, parece una forma adecuada de controlar si se recibe demasiada intensidad o no, controlando la información de forma visual y rápida, a la par que elegante.
Se llama SmartSwim y lo fabrica Solstrom, su precio es de unos 100 dólares.
Actualización (7 de octubre de 2022) – Parece que la web original donde se vendía murió :-(