Por @Wicho — 27 de agosto de 2018

Si recuerdas un poco de la física del colegio cuando un objeto gana altura adquiere energía potencial. Por eso nos cuesta subir escaleras, ya que nuestros músculos tienen que hacer el trabajo necesario para que nuestro cuerpo adquiera más energía potencial. Y a cuanta más altura más energía potencial. De ahí que cuanto más alto saltes para hacer la bomba en la piscina más salpiques.

Las centrales hidroeléctricas utilizan la energía potencial del agua mientras baja de las montañas hacia el mar para mover turbinas que generan electricidad, lo que sale «gratis» porque ese agua ha acumulado energía potencial gracias al Sol que la ha evaporado de la superficie de mares, lagos o ríos.

Este tipo de centrales son interesantísimas no sólo porque la energía que producen es gratuita sino porque además son una forma fácil y eficaz de tener energía almacenada para cuando la demanda sube. Basta con aumentar el caudal de agua que pasa por las turbinas para aumentar la producción de electricidad de la central.

Funcionan tan bien que en algunos sitios en los que la orografía y la disponibilidad de agua lo permiten se construyen centrales hidroeléctricas reversibles en las que se vuelve a subir agua a un depósito para que quede lista para volver a generar electricidad cuando haga falta. Esto se hace bien utilizando electricidad excedente de la red eléctrica o electricidad producida por un parque eólico asociado como por ejemplo en la central hidroeólica de Gorona del Viento de la isla de El Hierro.

Sin embargo hay países en los que no es factible construir centrales hidroelétricas ni puras ni recargables. De hecho el 75% de las centrales hidroeléctricas del mundo se concentran en tan solo diez países.

Pero la empresa suiza Energy Vault cree que es viable utilizar bloques de hormigón para almacenar electricidad sobrante en forma de energía potencial. Para ello han montado una instalación piloto en la que usan una grúa que utilizando ese exceso de electricidad va apilando bidones rellenos de hormigón, bidones que cuando hace falta electricidad se dejan bajar de tal modo que los mismos motores que los han subido pasan en ese momento a generar electricidad. Dicen que la efectividad es de un 85%, lo que es comparable con las baterías de iones de litio, que ofrecen una efectividad del 90%.

Eso sí, habrá que ver si consiguen que el precio sea competitivo en cuanto comiencen a montar plantas operativas en 2019, para las que dicen que ya tienen varios pedidos.

(Quartz vía Javier Armentia).

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