Sarin es un pescador camboyano que perdió parte de su brazo izquierdo en un accidente, pero ahora, gracias a 3DLifePrints, tiene una prótesis impresa en 3D en plástico felxible que le permite agarrar cosas.
El coste total es de 47 dólares: 32 del material para imprimir, 6 del cable de freno de bicicleta que permite controlar el funcionamiento de la mano, 2 para la tanza que hace que se abran y cierren los dedos, 2 del velcro que sujeta la prótesis, y 5 del arnés con el que la maneja.
Pero para Sarin esos 47 dólares representan un mundo de diferencia, y a una fracción del coste de una prótesis tradicional.
La tecnología 3D no sólo intervino en la impresión de la prótesis sino que también fue utilizada para escanear el muñón de Sarin y así poder conseguir un encaje mejor.
Otro ejemplo más de como la impresión en 3D está cambiando la vida de muchas personas.
(3D Printing Industry vía Fátima García).
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