El sistema escanea hasta 200 metros de distancia delante del vehículo utilizando radares, ultrasonidos y cámaras y en caso de que se detecte algún obstáculo primero emitirá un aviso de colisión y si es necesario el sistema «tomará el control» frenando y girando el volante.
El efecto demo está bien, pero hacer un desplazamiento lateral brusco no es garantía de que nadie vaya a salir herido. A 100 km/h esos 200 metros de anticipación no son tantos —se recorren en cuestión de segundos— y menos aun si aparece un coche de frente, o en el mismo sentido y que en ese momento se ponga al lado. Pero si al menos el sistema vigila los retrovisores entonces sí será una avance respecto a muchos conductores-humanos, eso sí.
Habrá que esperar aún unos meses para ver cómo es y cómo funciona el sistema completo.