Este curioso invento de Georgia Tech al que han descrito como un pequeño «dirigible autónomo» es básicamente un globo con una góndola y unas pequeñas hélices que le permiten moverse por la habitación. Los globos tienen entre 45 y 90 cm de diámetro, un tamaño bastante manejable – y su flotabilidad en el aire viene dada por el helio de su interior más que por la propulsión, de modo que las baterías duran bastante más de lo normal.
En la góndola hay una cámara de vídeo, lo que permite al «robot volador» interactuar según dicen de forma más agradable y tranquila con los humanos: la idea es que pueda leer órdenes mediante gestos y detectar cosas como si una persona está incómoda, insegura o detalles así.
El escenario es bastante interesante: la gente a lo suyo y unos cuantos globos inteligentes de estos flotando por ahí reuniendo información y leyendo órdenes. Desde luego se ven como una opción tranquila, segura y confortable, casi como saber que hay ballenas flotando por la playa simplemente observando.
En este otro vídeo puede verse una demostración –incluyendo el punto de vista del robot– sobre cómo funciona la detección de rostros y la forma en que se realizaría la interacción humana.