Por Nacho Palou — 7 de julio de 2010

Este artículo se publicó originalmente en Cooking Ideas, un blog de Vodafone donde colaboramos semanalmente con el objetivo de crear historias que «alimenten la mente de ideas».


Demostración de transmisión de electricidad sin cables utilizando la resonancia magnética para encender una bombilla a dos metros de distancia. Foto: Massachusetts Institute of Technology

Hace unos años investigadores del MIT hicieron una demostración pública de "un sistema rudimentario que prueba que la transmisión de energía es posible". La presentación de lo que vinieron a llamar WiTricity (o Witricidad, electricidad inalámbrica) mantuvo encendida una bombilla convencional situada a dos metros de distancia del enchufe más cercano.

La posibilidad de transmitir electricidad a través del aire -sin necesidad de cables- fue una de las obsesiones del genial inventor del Nikola Tesla (1856 – 1943). Sus primeros intentos son casi tan antiguos como la electricidad de corriente alterna -la que se utiliza en los enchufes convencionales- o la radio, otro de sus inventos.

Su gran aspiración era que la electricidad fluyera por el aire, disponible de forma libre y gratuita para todos.

Sin embargo, un siglo después el eléctrico es aún el único cable que sigue atando numerosos dispositivos electrónicos: ordenadores, portátiles, teléfonos móviles, impresoras e incluso televisores o discos duros. Cualquier dispositivo susceptible de comunicarse por radio (WiFi y Bluetooth, principalmente) pueden funcionar sin ningún tipo de conexión física. Excepto, de forma temporal o permanente, por el, de momento, insustituible cable de alimentación eléctrica.

Lo más parecido a la electricidad sin cables se puede encontrar por ejemplo en los cepillos de dientes eléctricos con carga por inducción, que se cargan al colocarlos en su base. Algo parecido ofrecen algunos fabricantes para la carga de teléfonos móviles, que se cargan al colocarlos sobre una superficie específica. Pero en ambos casos la base de carga también va enchufada a la red.

La transmisión de electricidad sin cables busca, sin embargo, que en ningún momento sea necesario conectar un aparato eléctrico a la red, ni que haya que colocarlo en una base o superficie específica.

La resonancia magnética

La resonancia es el principio utilizado para la transmisión de energía sin cables. Básicamente consiste en acoplar dos bobinas de cobre con la misma frecuencia de resonancia.

Una de ellas, la fuente, se alimenta con energía eléctrica que se transfiere como un campo electromagnético a la otra, donde de nuevo parte de ella se convierte en electricidad.

Los objetos cercanos ajenos a tal frecuencia de vibración en principio no se ven afectados por el campo magnético, y las bajas frecuencia utilizadas, del orden de MHz, en teoría al menos no son dañinas y no interfieren con otros elementos cercanos.

Obtener electricidad "del aire"

Hace unos meses el Nokia Research Center de Cambridge anunció que estaba investigando cómo aprovechar la energía electromagnética que fluye por el aire para mantener la batería del teléfono en un estado casi continuo de carga.

La idea que explora Nokia no es nueva. Pero tiene se diferencia de los intentos de Tesla y de cómo funcionan algunos microdispositivos -como los chips RFID pasivos y ciertos tipos de sensores utilizados sobre todo allí donde por su aplicación o entorno hace inviable el uso de baterías o tomas eléctricas- en que trata de aprovechar los campos electromagnéticos ya existentes de forma natural u originados por antenas de telefonía, radio y televisión. Es decir, sin necesidad de generar campos electromagnéticos específicos para la ocasión.

Sin embargo de momento los resultados obtenidos por el Nokia Research Center están lejos de tener una aplicación práctica. La potencia obtenida del aire es demasiado escasa: apenas unos 5 milivatios. Esto es unas diez veces menos que el mínimo necesario para empezar a considerar ésta como una opción. Un reproductor de MP3 típico, por ejemplo, requiere unos 100 milivatios de potencia.

La posibilidad de poder transmitir electricidad sin cables no es ya sólo una cuestión de comodidad. Es además una cuestión práctica sobre todo teniendo en cuenta que las baterías son actualmente el punto más débil para los dispositivos móviles por la escasa capacidad de almacenamiento que ofrecen.

La fabricación de baterías de alto rendimiento además es costoso económica y medioambientalmente y requiere el uso de materias primas no renovables, algunos de los cuales no son especialmente abundantes.

Entre otras cosas, la electricidad sin cables facilitaría el desarrollo de los vehículos eléctricos, que podrían obtener energía por inducción directamente de bobinas instaladas bajo el asfalto tanto mientras circulan como cuando se dejan estacionados.

La witricidad no es sólo la asignatura pendiente de la tecnología moderna, sino que, como anticipó Nikola Tesla hace de cien años, es cada vez más una necesidad para el desarrollo justo y sin obstáculos de una sociedad basada en -y dependiente de- la tecnología.

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